El cubrimiento de la trinchera de RENFE, en Zumarraga, ha cumplido 20 años. Costó sangre, sudor y lágrimas sacar adelante el proyecto, pero se consiguió el objetivo y el municipio de Urola Garaia logró transformar un nido de ratas en un gran espacio para el esparcimiento. Vecinos de todas las edades disfrutan de este lugar a diario y en estos 20 años se le han dado todo tipo de usos. Teniendo en cuenta su forma alargada y estrecha, solo falta que algún día aterrice una avioneta.
La trinchera se cubrió a la vez que se ejecutaba la renovación de la vía entre Tolosa y Alsasua. Se prolongó el túnel hasta el puente de la calle Islas Filipinas, mediante la colocación de un cajón prefabricado. De esto se encargó el Moptma (Ministerio de Obras, Públicas, Transportes y Medio ambiente), mientras que el Ayuntamiento se hizo cargo del relleno y la urbanización. Uno de los mayores retos de la urbanización fue hacer frente a las diferencias de cota existentes en los costados. Con el cubrimiento de la trinchera, Zumarraga ganó un espacio de 6.000 metros cuadrados. En el lado que da a Elizkale se colocó una escultura de Jorge Oteiza. Esta escultura se llama Itziar, en memoria de la esposa del escultor.
El 30 de junio de 1997 tuvo lugar la inauguración de la trinchera y de la escultura. Zumarraga celebraba el Día del Niño y la corporación infantil compartió protagonismo con el escultor. La cinta la cortaron Oteiza y la alcaldesa infantil, Sandra Suárez, al son de la música interpretada por la banda. Previamente, tres dantzaris del grupo Irrintzi bailaron el aurresku y el párroco Javier Etxeberria bendijo la escultura.
Con Arbulu de alcalde La obra se ejecutó en la primera legislatura de Antón Arbulu como alcalde. “El proceso fue largo porque no se había hecho un cubrimiento de este tipo en ninguna parte”, comenta.
Además, el presupuesto ascendió a 600 millones de pesetas de aquella época. El Ayuntamiento consiguió implicar al Gobierno de España. “El Ayuntamiento llevaba mucho tiempo trabajando en este proyecto. Se barajaron varias alternativas. Entre otras, construir un supermercado sobre la trinchera para que Eroski sufragara parte del gasto. Finalmente, la obra se hizo siendo ministro Borrell. Tenía una buena amistad con él y conseguimos su apoyo. Para ello, tuvimos que ir a Madrid varias veces”, recuerda el ex alcalde.
Se aprovechó la obra que FCC estaba llevando a cabo para renovar la línea entre Alsasua y Tolosa. “La obra de la trinchera se incluyó como un adicional de la obra. Fue una intervención difícil, porque se tuvo que hacer estando el tren en marcha. Los trabajos duraron seis meses”.
Escultura de Oteiza Arbulu opina que es una de las obras más importantes que se ha ejecutado en Zumarraga. “El pueblo ha ganado mucho. Se consiguió un gran espacio para que jugaran los niños. Además, colocamos una escultura de Jorge Oteiza. Vino a Zumarraga a instalar la obra y le gustó mucho el sitio, pues la escultura está colocada dentro del triángulo que forman el monte Irimo, la parroquia y la iglesia de las mercedarias”, recuerda.
Si a Oteiza le gustó cómo quedó la trinchera, qué decir a los vecinos. Durante estas dos décadas este espacio se ha utilizado para todo tipo de actos. Los usuarios habituales son los niños, sus padres y la gente mayor. El parque infantil de la trinchera es uno de los más concurridos, debido a que cuenta con un gran espacio libre alrededor. Mientras algunos niños disfrutan de los juegos del parque, otros hacen carreras con los patinetes o juegan a fútbol.
La gente mayor, por su parte, utiliza la trinchera para pasear y charlar. Los días de buen tiempo apenas suele haber algún banco libre y se organizan unas tertulias antológicas.
El Ayuntamiento también le saca mucho jugo a este espacio: durante las fiestas de Santa Isabel se utiliza como recinto ferial y el día de Santa Lucía acoge infinidad de puestos.
Además, suele acoger conciertos de rock. El pasado fin de semana se celebró en la trinchera la primera edición del festival ZZ Rock y ayer tocaron los grupos The Kurt Baker Combo y Soraia.
Todo esto en los primeros 20 años. Seguro que en los próximos 20 se le encontrarán aún más utilidades.