urretxu - Dice el refrán que solo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena, pero en Urretxu hay mucha gente que se acuerda de Santa Bárbara incluso cuando no truena. Es más, se acuerdan sobre todo cuando no truena. No en vano, Santa Bárbara es la principal área de esparcimiento del municipio y, por lo tanto, un lugar muy querido por los vecinos.

Ubicado al pie del monte Irimo, muchos montañeros y amantes de la bicicleta de montaña suelen hacer una parada en el albergue para reponer fuerzas. Otros van a comer o a pasar la tarde, el día de San Juan se celebra una romería, el colectivo Kalegorrian suele organizar conciertos, el albergue suele acoger a colegios de toda Euskadi y a peregrinos del Camino Ignaciano...

Ayer hizo un día espléndido y Santa Bárbara era un hervidero de gente. Además de montañeros y ciclistas, había una treintena de personas que estaban participando en una visita guiada organizada con motivo de las Jornadas Europeas del Patrimonio. Visitaron la ermita y el palacio Ipeñarrieta, entre otros lugares.

Pero Santa Bárbara atrae también a cada vez más foráneos. Y no solo a escolares y peregrinos. Ayer, por ejemplo, había dos autocaravanas. Eran de dos familias: Leire Lertxundi, Fabrizio Mori y sus hijas Sinead y Nahikari y Aitziber Etxezarreta, Patxi Arrazola y sus hijas Izaro, Maddi y Eneritz.

Los primeros son de Zarautz y los segundos de Donostia. Se conocieron hace cuatro años en Portugal y, desde entonces, viajan juntos. La primera noche de este puente la pasaron en Santa Bárbara. “Mi padre es del caserío Aranburu Etxeberri de Zumarraga y el abuelo de mi marido (el reputado pediatra Benedicto Zaldua) era del caserío Etxeberri de Zumarraga. Conocíamos Santa Bárbara y nos parece un buen lugar para venir a pasar la noche con la autocaravana”, explicó Etxezarreta.

Lertxundi también conocía este enclave de Urretxu. “Cuando vinimos al Dantzari Txiki de Zumarraga pasamos la noche en el albergue, por recomendación de un amigo de Zumarraga. Es un sitio precioso”.

Arrazola opina que no hay que ir muy lejos para encontrar sitios maravillosos. “El año pasado estuvimos en la Selva Negra y volví con la impresión de que valoramos poco lo que tenemos en casa. Aquí mismo tenemos el monte Irimo, hemos visto que hay un museo dedicado a las abejas... En el albergue nos comentaron que en el aparcamiento se podría hacer una área para autocaravanas y la verdad es que es un sitio ideal”.