Urretxu y Zumarraga forman un único casco urbano. Hoy en día hay cuatro puentes para pasar de un lado al otro del río Urola, pero antaño había solo dos: el de Zubimusu y el conocido como puente del Isabel (por el bar del mismo nombre). Una de las casas situadas junto a este puente, la de los Albisua, ha cumplido este año un siglo de vida. Este edificio lleva 100 años vigilando quién pasa de Zumarraga a Urretxu y con qué intenciones.

En unos azulejos colocados en la fachada de la casa se puede ver el año de construcción y unas iniciales: J.A. Son las iniciales del hombre que construyó el edificio: Joaquín Albisua. Hoy en día, la casa pertenece a sus descendientes. Concretamente, a la rama de los Albisua-Garmendia.

Su biznieta Arantxa Albisua cuenta que su bisabuelo era panadero y les compró el terreno al compositor zumarragarra Busca Sagastizabal y a su esposa. “El terreno era de los padres de la esposa de Busca Sagastizabal y se lo dieron a su hija como dote. Cuando lo compró nuestro bisabuelo, el compositor y su mujer vivían ya en Madrid. En nuestra casa guardamos correspondencia relacionada con la compraventa de la parcela”.

El panadero le encargó la construcción de la casa a Juan Cruz Mendiola. “A nuestro bisabuelo le pareció que le había salido caro y, años después, cuando promovió la construcción de la casa de los fruteros, decidió encargarse personalmente de todas las cuentas”.

El edificio que protagoniza este reportaje cuenta con siete viviendas, distribuidas en tres plantas y el camarote. “Es una buena casa. Siempre la hemos cuidado bien y está reforzada”.

Se trata de un edificio muy conocido por los vecinos de Urretxu y Zumarraga. Por su ubicación (de camino a la estación y la ikastola), por la originalidad de la fachada que da al río y porque en sus bajos ha acogido muchos negocios: una panadería, la tienda de ultramarinos de la abuela de Arantxa, el local donde los Pérez vendían cebollas y ajos, la barbería de los Arrieta, la carnicería de Julián... En el primer piso, Arantxa y su hermana Garbiñe regentan el centro de estética Algar.

La famosa Isabel Enfrente de esta casa estaba la que cogió fuego en las fiestas de Santa Anastasia de hace 25 años: la casa del bar Isabel. La famosa Isabel era bisabuela de Arantxa Albisua. “Joaquín Albisua e Isabel eran consuegros y tenemos entendido que no se llevaban muy bien. Sería una mujer de carácter, pues su bar era muy popular y acabó dando nombre al puente situado junto a las dos casas”.

Hace algunas décadas a esta zona se la conocía como el barrio del dólar: había tres estaciones de ferrocarril, el puente lo cruzaban todos los fines de semana cientos de jóvenes de Gipuzkoa y Bizkaia que venían a la discoteca Golden...

Ya solo queda una estación, el bar Isabel se quemó y el Golden cerró sus puertas. Si las fachadas de la casa de Joaquín Albisua hablarán...