Cada una de ellas encierra una pequeña gran historia, una memoria ligada siempre a Tolosa y los tolosarras. Las plazas de la parte vieja son lugar de parada de los turistas que, sobre todo estos días de verano, buscan hacerse una foto en los puntos más emblemáticos de la villa, pero desde tiempos inmemoriales las plazas de Tolosa han sido los salones urbanos donde se han reunido y encontrado los tolosarras.

La plaza Euskal Herria, llamada de este modo a partir del año 1979, es la de mayor tamaño. A lo largo de su historia también ha sido conocida como plaza Justicia por ubicarse en dicha plaza hasta el siglo pasado los juzgados, así como la última cárcel que ha habido en Tolosa. También se le ha conocido como Txerri plaza. La plaza fue el lugar tradicional de ubicación de la feria semanal de ganado, numerosos eventos e, incluso, en alguna ocasión, corridas de toros.

Tal y como explica a detalle Mikel Telleria en su enciclopedia de Tolosa, fue construida a mediados del siglo XIX, inmediatamente después de la desecación de Erretengibel y constituyó el primer ensanche urbano de la villa, que había permanecido entre sus muros desde su fundación. “El diseño se debió al arquitecto José Eleuterio de Escoriaza, aunque en el desarrollo total de los edificios tomaron parte otros arquitectos como Vicente de Unanue, que participó en el diseño del palacio de justicia y la cárcel”, detalla Telleria.

La plaza Zaharra surgió a finales del siglo XVII como consecuencia de la construcción del edificio del Ayuntamiento. Primitivamente, recuerda el escritor tolosarra en su publicación, existía una especie de plazuela derivada de la confluencia, en el puente de Nafarroa, de las calles Mayor, Emperador y Solana. Sin embargo, tras la construcción del nuevo Ayuntamiento, acabado en 1672, la plaza alcanzó las dimensiones actuales y se convirtió en la más importante, desplazando a la de Santa María. Para poder edificar el Consistorio y su plaza, la villa tuvo que adquirir mediante cesión o compra los ocho solares que había.

La plaza Berria también fue construida a finales del XVII sobre las huertas que había en intramuros, conocidas con el nombre de Iribaratzeta. En 1896 se le bautizó con el nombre de plaza de los Fueros o Euskal plaza, sin embargo, los tolosarras la siguieron llamando plaza Nueva. “Surgió por la necesidad que tenía la Tolosa de ubicar un lugar destinado a las actividades, sobre todo comerciales, de la población”, justifica Telleria. Durante años fue el centro de las actividades del pueblo ya que en ella se desarrollaron muchas actividades comerciales y la totalidad de las festivas, como el juego de la pelota, festivales taurinos o bailes públicos. Sin embargo, y tras el traslado del Ayuntamiento a la plaza Zaharra su importancia fue decayendo progresivamente hasta finales del siglo XX. En 2000 la plaza fue totalmente transformada.

La Berdura plaza, aunque de posterior construcción, es una de las plazas con más solera. Fue construida en 1843. En dicho lugar se encontraban antes la alhóndiga y la carnicería de la villa. Está cubierta por una marquesina acristalada sostenida por columnas de hierro fundido que se colocó en 1899. Hasta dicho año se le llamó calle de la Verdura o Aza kalea y después se le bautizó con el nombre plaza de Carlos VII, hasta el año 1979 en que se le devolvió su antiguo nombre. También se le llama plaza de los Cristales. Ramos Azkarate y Santos Aldasoro, zapateros ambos, son figuras ligadas a esta plaza, ya que ejercían su oficio bajo los arcos de la plaza.

La Plaza Gorriti, recibe su nombre en honor del que fuese insigne músico Felipe Gorriti, que vivió en esta plaza. Antes fue bautizada como plaza de Arramele e históricamente ha sido un punto estratégico para Tolosa. En 1803 se derribó la casa Zaldibia que la cerraba al norte y el puente antiguo que obligaban a las nuevas y rápidas diligencias a frenar bruscamente al finalizar la calle Correo y girar 90º para enfilar el puente.