Zumarraga - El padre de los hermanos Rodríguez, Joaquín, corría los encierros de sanfermines. Ellos iban a la plaza con su madre, a ver la llegada de los corredores y las vaquillas. Así fue como se aficionaron a este mundo. Ellos se han dedicado a la disciplina del recorte que consiste en meter aros en los cuernos de las vacas y apenas han corrido encierros. Su hermano Iñigo, en cambio, es un gran corredor.

¿Es duro ser recortador?

-Jokin Rodríguez (J.R.): Las vacas suelen ser experimentadas y saben muy bien lo que están haciendo, por lo que hay que estar muy bien preparado físicamente. Hemos sido los más queridos del circuito, pero también los menos ganadores. Nos querían porque dábamos espectáculo, pero gana el que más aros mete. Pero bueno, algunos premios importantes ya hemos conseguido: terceros en el campeonato de España de Zaragoza, mejor pareja en Calatayud...

¿Suelen ir a sanfermines?

-J.R.: Una vez ganamos el concurso de anillas, pero al encierro no solemos ir. Yo solo he salido una vez. Ander ha salido más veces. Nuestro hermano Iñigo, en cambio, participa en todos los encierros de La Rioja y Navarra. Ha llegado a ir a Francia. Lo suyo es algo terrible. En sanfermines corre cuatro o cinco encierros todos los años.

¿Qué les dicen sus padres?

-Ander Rodríguez (A.R.): El aita es muy aficionado, por lo que está encantado. La ama ha sufrido más que el aita, pero siempre lo ha llevado bien. Siempre nos ha dicho que si ibamos a dedicarnos a esto, nos preparásemos y lo hiciésemos bien.

Han decidido dejarlo. ¿Van a seguir en contacto con ese mundo?

-A.R.: Por supuesto. Estamos muy unidos a la ganadería Marqués de Saka y seguiremos montando espectáculos para matar el gusanillo.

-J.R.: Este verano tenemos muchos compromisos y a ver cómo nos las arreglamos para llegar a todas partes. Tenemos hijos y este no es nuestro oficio. Es una afición, pero hemos llegado a un punto en el que no podemos decir que no a la gente.

¿Suelen viajar mucho?

-A.R.: Como recortadores nos hemos movido por toda Euskal Herria y con el ganado de Saka vamos mucho a Valencia, Tarragona, Zaragoza...

En Zumarraga sus espectáculos tienen mucho éxito.

-J.R.: Estamos muy orgullosos de ello. Lo hacemos por afición y el mayor premio que podemos recibir es que la plaza se llene.

¿Tienen su propio ganado?

-A.R.: No. El ganado da mucho trabajo. Es un oficio muy sacrificado. Nosotros nos limitamos a probar el ganado y elegir cuál hay que llevar a la plaza. Nos encargamos también de los contactos, de los contratos, de transportar el ganado... pero ser ganadero es mucho más duro que eso.

¿Con qué ganado trabajan?

-J.R.: Sobre todo con ganado de casta navarra. Son animales ligeros y con cualidades físicas muy buenas. Además, son muy astutos. Siguen al recortador hasta que consiguen atraparlo, a veces saltan la barrera...

Cada vez hay más campañas en contra de este tipo de espectáculos.

-A.R.: Hemos tenido muchas polémicas. Es lo que nos toca. Nosotros lo que tenemos que hacer es preparar un espectáculo lo más limpio posible. Pero animalistas no entienden que se hagan espectáculos con animales y todo lo que se les diga es en balde. No les entra en la cabeza que nuestros animales no sufren. Eso es porque desconocen cómo son estos animales. Con un conejo o un cerdo no se puede hacer algo así, pues huyen. En este caso, en cambio, atacan al ser humano. Es un duelo entre el animal y la persona. No hay maltrato ni contacto físico. Les invitamos a que nos ataquen y si no lo hacen, vuelven a casa. Y en casa están muy bien cuidados. Tenerlos en regla tiene un gran coste. Si no fuese por estos espectáculos, no sé qué sería de estos animales.

-J.R.: Hace poco una de nuestras vacas salió a la autopista A-8 y las imágenes del coche de la Ertzain-tza arrollándola salieron en todas las televisiones. Se dijo que el animal había muerto e incluso pusieron en marcha una recogida de firmas en change.org para que echaran al ertzaina del cuerpo. ¡La vaca estaba en la A-8! ¿Qué querían que hiciese?