donostia - El radar móvil de la Guardia Municipal de Donostia cazó ayer, solo en una hora, a 56 vehículos que circulaban por la avenida de Tolosa a una velocidad superior a los 80 kilómetros por hora, 30 más de lo que está permitido en esta vía.
Según puntualizó la concejala de Movilidad, Pilar Arana, estos coches no sobrepasaban “por un poco” los límites de velocidad establecidos, sino que la que alcanzaron era claramente superior a lo permitido en trama urbana.
La Guardia Municipal, recordó Arana, no realiza los controles por radar a diario, sino que utiliza estos dispositivos de forma aleatoria, siempre avisando, a través de la web municipal, de que los utilizarán y de dónde los usarán.
Además de en la avenida de Tolosa, los radares móviles se colocaron ayer en Federico García Lorca y en el paseo de Lugaritz, aunque fue en la avenida de Tolosa donde más infractores se cuantificaron.
La concejala de Movilidad explicó que la iniciativa de colocar radares en distintos lugares de la ciudad -se elaboró en su día un mapa con 12 puntos críticos donde se van poniendo periódicamente- tiene como objetivo prioritario modificar los hábitos de conducción de donostiarras y visitantes en la ciudad.
“Es claro que su finalidad no es recaudatoria, si así fuera sacaríamos a diario , en vista de lo constatado ayer, un dineral”, apostilló la responsable de Tráfico.
Pilar Arana quiso recordar que el dinero recaudado se destina a algún organismo que realiza trabajos para la sociedad. El pasado año le fue entregado a Zaporeak y este todavía no se ha determinado cuál será el destinatario aunque, si el importe es muy alto, deberá de ser más de uno porque no se pueden otorgar subvenciones o ayudas directas superiores a una cuantía determinada.
La avenida de Tolosa acostumbra a ser un punto en el que los infractores se relajan, dado que el radar está colocado en un lugar que no es fácilmente visible, mientras que en otros sitios, caso del paseo Federico García Lorca, el dispositivo es más identificable, por lo que los conductores levantan el pie del acelerador.
Aunque cada día se informa de los lugares en los que se instalan los radares no hay prefijado un calendario con los días en los que se utilizarán. “Se pueden volver a sacar mañana o dentro de diez días”, dijo la concejala.
Arana lamentó que pese a la información y los avisos dados, sean tantos los conductores que circulen por la ciudad a alta velocidad y aseguró que las sanciones que se ponen pasarán al área de recaudación para su oportuna tramitación, ya que hace mucho que se superó el plazo de prueba de los radares.
mediciones Los datos de los que dispone el departamento de Movilidad parecen dejar claro que la tendencia a circular más rápido de lo permitido en la ciudad no va en retroceso.
Desde que los radares comenzaron a funcionar fuera del periodo de prueba, en el mes de agosto del pasado año, se han acumulado infracciones que llaman la atención por lo desproporcionado de la velocidad a la que circulaban algunos de los vehículos sancionados.
Aunque en aquel primer mes fueron pocas las infracciones “cazadas”, con velocidades mínimas de 74 kilómetros hora y máximas de 78, en el mes de enero del año en curso ya fueron 154 las infracciones constatadas. Y fue en ese mes cuando un conductor se llevó el récord a la imprudencia, al circular por Donostia superando una velocidad de 112 kilómetros a la hora.
Pero aunque esta haya sido la velocidad más alta medida, no ha sido la única ocasión en la que se ha tenido que sancionar a conductores que superan los 100 kilómetros, llegando incluso a los 103.
Desde agosto se han impuesto cuatro sanciones por la cuantía más alta, 600 euros que por pronto pago se reducen en un 50%, y 22 de 500 euros (250 por pronto pago). Las infracciones más numerosas han sido las de menor importe.
Los meses de enero y febrero fueron los más profusos en infracciones de velocidad, y no se realizaron mediciones en diciembre. Según fuentes del área de Movilidad, el último mes del año acostumbra a ser muy complicado en materia de tráfico, por lo que hay que reforzar el número de agentes que se dedican a su regulació. Por este motivo no se pudo liberar a tanto personal para avanzar en la formación del uso del radar.
Es por ello que, pese a estar ya a disposición de la Guardia Municipal con anterioridad, estos dispositivos no comenzaron a utilizarse hasta mediados de agosto de 2016. Previamente, y también a posteriori, se tuvo que formar a los agentes, quienes realizaron pruebas en las que, pese a detectarse infracciones, estas no fueron objeto de sanción.