Una nueva calle ha surgido en pleno centro de Donostia. La prolongación de la calle Larramendi hacia Aldapeta es ya una realidad. Aunque la vía no es aún transitable en su totalidad, se percibe ya su trazado íntegro, que discurre entre el edificio Lestonac del colegio Summa Aldapeta y los bloques, algunos ya terminados, que tienen su dirección en la calle Estella-Lizarra. La nueva calle comenzó a abrirse paso en verano de hace dos años y se enfrenta ahora a los últimos remates. En el lado de los números impares no solo hay portales en uso sino también un bar, el Bide Berri, que da servicio a la zona y también a los trabajadores de la obra. Los bloques de viviendas de los números pares aún no están finalizados.

La calle Estella-Lizarra bordea la nueva plaza de Arroka, prácticamente oculta en la actualidad a causa de las obras del entorno. Una vez liberada, el espacio cambiará su configuración, según se aprecia en el proyecto de urbanización que aprobará la Junta de Gobierno después del que el Pleno de luz verde al nuevo Plan Especial diseñado para la zona. Estos documentos urbanísticos son necesarios como consecuencia de la reciente decisión de derribar el frontón, no prevista en los planes iniciales para este barrio.

Según explicó el concejal de Urbanismo, Enrique Ramos, una vez que los documentos sean validados, se podrá derribar el frontón y acometer los demás cambios a su alrededor como, por ejemplo, la construcción de un edificio de uso público en la plaza de Arroka, al que se adosará la fachada de la desaparecida Casa de Baños de la calle Easo. Ese inmueble, de planta triangular, tendrá un único piso, además de otro subterráneo, y dará algún tipo de servicio al barrio.

En la misma plaza de Arroka, además, los juegos infantiles cambiarán de lugar y surgirá una rampa de acceso al aparcamiento de las viviendas. Otra de las novedades que acogerá la zona será la creación de un nuevo vial desde la calle Estella-Lizarra hasta la calle Amara, que pasará junto a lo que aún a día de hoy es la pared del frontón.

Tras estas actuaciones, la obra de San Bartolomé proseguirá por la zona alta del barrio, donde se construirá un hotel en el solar del antiguo convento, así como varios bloques residenciales en terrenos del colegio Marianistas. Los responsables de la sociedad mixta San Bartolomé Muinoa creen que la totalidad de la actuación será una realidad en el año 2021, once años después de los primeros derribos practicados en la zona.