Si los neoyorquinos utilizan el Central Park para evadirse del estrés de la ciudad, los tolosarras hacen lo propio con el parque Zabalarreta para pasear, relajarse o practicar deportes al aire libre, en definitiva, disfrutar de un oasis verde de 8.883 metros cuadrados en pleno corazón del municipio. Este parque público tiene su origen, sin embargo, en una propiedad privada que pasó a manos municipales en 1980, año en el que se construyeron las viviendas y el jardín actual.
El duro invierno ha dejado a los árboles de Zabalarreta desnudos, sin apenas hojas, pero luce hermoso con los colores propios de la estación blanca. No obstante, Zabalarreta es un espacio de esparcimiento los 365 días del año, lugar de encuentro de muchos perros y sus dueños, área de recreo de los niños y niñas que salen de la ikastola, y punto donde los vecinos realizan compost comunitario. Zabalarreta encierra muchas historias. Maite, Fernando y Matilde forman parte de “la cuadrilla de Zabalarreta”, como ellos mismos se definen. “Empezó a venir cada uno por su cuenta, pero con los perros es imposible no relacionarte. Cada uno tiene sus horarios, pero por la noche nos juntamos casi todos y lo cierto es que Zabalarreta es un espacio ideal para los animales, que pueden jugar libremente, sin molestar a la gente”, explican.
Prueba de que Zabalarreta es un parque apreciado por los tolosarras es que en el 750º aniversario de la villa fue el lugar elegido para colocar la escultura Kantu Isila del escultor Koldobika Jauregi como legado permanente. El artista de Alkiza ya habló en su día de la belleza de Zabalarreta: “Para mí ha sido todo un descubrimiento este parque, ojalá mi escultura sea un motivo más para visitarlo”.
Además de riqueza botánica y cultural, Zabalarreta también ha tenido hasta hace un par de años un estanque con patos. El Ayuntamiento decidió quitarlo a petición de los propios vecinos de Bidebieta e Izaskun, ya que había quejas por la suciedad y los olores generados por el agua estancada. La decisión, no obstante, no fue compartida por todos los vecinos, ya que hubo quien no vio con buenos ojos la medida tomada por el Ayuntamiento y, sobre todo, “haber roto la gruta de piedra de gran valor”.
Los dos árboles más antiguos de Tolosa
El parque de Zabalarreta tiene su origen en un jardín privado de mediados del siglo XIX. Ladislao de Zabala y Salazar, hijo del conde de Villafuertes, quien fuera diputado general de Gipuzkoa y alcalde de Tolosa en 1874, se casó con doña Victoria de Larreta. Crearon una finca en la Cuesta del Conde y la unión de los dos apellidos (Zabala y Larreta) bautizó la propiedad con el nombre que hoy conocemos, que en su día consistía en una casa de campo y un terreno arbolado.
El parque es hoy en día uno de las zonas verdes más significativas que tiene Tolosa, atendiendo a su trazado y a la variedad e importancia de sus especies. Su uso público se fijó en 1980 y cuando se construyeron las nuevas viviendas sobre el solar se decidió mantener la configuración original del parque e integrarlo en el servicio municipal de mantenimiento de parques y jardines.
En la finca predominan los árboles de gran porte. De los primeros cabe destacar los dos cedros del Atals, uno de 40 metros de altura, obtenido a partir de una semilla importada del Líbano en 1844 y, también hay que poner en valor los castaños de indias.
Los cedros del parque Zabalarreta son los árboles más antiguos de Tolosa; se les calcula una edad de 165 años. Esta especie es un árbol bíblico cuyo origen se sitúa en Turquía, Siria y Líbano.
Ladislao de Zabala y Salazar se casó con Victoria de Larreta, y la unión de los dos apellidos dio nombre al parque Zabalarreta
Los cedros de Zabalarreta son los árboles más antiguos de Tolosa, uno de ellos es de 40 metros obtenido a partir de una semilla del Líbano