“Hace años que hay tregua de ETA. Creo que es el momento de sacar las visiones personales para avanzar”
El ordiziarra Jesus Toral vuelve desde Granada a Goierri para presentar su último libro ‘Búscame bajo la lluvia’. Una historia que se sitúa en la década de los 80 y 90 en Ordizia. Hoy lo dará a conocer a las 18.30 horas en Usurbe antzokia de Beasain
lazkao - “Como el almendro, vuelvo por Navidad”, comenta sonriente Jesus Toral. El ordiziarra afincado desde hace unos años ha vuelto a Goierri para presentar su último libro Búscame bajo la lluvia. Un libro donde Ordizia y las localidades cercanas toman mucho protagonismo. Una historia apasionante que está ambientada en las décadas de 1980 y 1990.
Vuelves otra vez a tus orígenes para presentar tu libro.
-Primero lo presenté en Granada, después vine a Donosti y a Ordizia. Después de eso he estado en varias localidades, pero aquí, como no he venido mucho no he tenido la oportunidad. Ahora que iba a venir pensé que sería una buena oportunidad, ya que por ejemplo, también hay un personaje de Lazkao en el libro. Por eso hoy también presento Búscame bajo la lluvia en Usurbe antzokia de Beasain, a las 18.30 horas. Goierri está muy presente, y quería que toda la comarca entienda que es una percepción mía de una historia que ha podido vivir cualquier goierritarra durante esa época. Quizás cualquier vasco, pero creo que un goierritarra lo podrá entender mejor.
La historia que cuenta el libro está en gran medida colocada en Ordizia. ¿Por qué?
-La historia principal es sobre una mujer de 43 años que vive en Nueva York pero es de Ordizia. Mi primera novela la escribí sobre mi familia, mis abuelos. Funcionó muy bien y ya me planteé hacer una cosa diferente, una historia inventada. Aún así yo creo que lo mejor es escribir sobre lo que conoces, y me apetecía mucho escribir sobre lo que había vivido en mi infancia y juventud en Ordizia.
Es una mezcla entre lo real y lo inventado, ¿verdad?
-Sí, es una mezcla entre lo verdadero y lo imaginario. Es todo a la vez. La historia principal es inventada totalmente pero voy metiendo personajes que realmente han existido. Por ejemplo, se habla de Yoyes, cuenta un poco la historia real de cómo la mataron, pero yo meto un personaje ficticio que está mezclado con la trama principal.
Es una forma de dar tu visión sobre las décadas de los 80 y 90.
-Doy una visión personal sobre toda esta historia. El libro no es un libro sobre ETA; no lo creo así, pero sí que es verdad que ya hace unos años que hay una tregua y las cosas están más calmadas. Yo vengo aquí y todo está más tranquilo, y creo que es el momento de sacar los fantasmas que tenemos. Con quince años, cuando iba por Ordizia, había movidas e historias cada fin de semana.
¿Hay que sacar esos fantasmas para poder seguir avanzando?
-Claro. Yo creo que eso tiene que aflorar, yo no pretendía esconder nada. Que salgan a la luz las visiones personales para que después se puedan perdonar y desaparecer. También es verdad que mi visión personal es que no hay una realidad única. Ha habido cincuenta posturas diferentes basadas en diferentes explicaciones. Yo creo que nadie tendrá la verdad absoluta ni estará totalmente equivocado. Es verdad que cuando mataban a un guardia civil era un drama terrible, pero cuando a un chico de una familia le torturaban lo era de igual modo. Yo navego entre esas dos partes; sí que me posiciono en contra de ETA pero creo que hay puntos que es bueno que se vaya hablando para perdonar.
Uno de tus objetivos ha sido que esa visión personal tuya también se pueda ver en otros lugares.
-Sí, yo quería que esa visión se llevará fuera. Trabajo en Granada y me he dado cuenta de que muchos compañeros periodistas que han leído el libro han cambiado un poco la forma de pensar que tenían. Allí quizás están más acostumbrados a escuchar sólo una parte de una versión, y yo quería decirles que también existen más. Después que cada uno decida.
¿Qué encontrará el lector?
-La historia de Marisa, una mujer de 43 años que vive en Nueva York y que recibe una noticia que la obliga a volver a Ordizia acompañada de su hijo. Este viaje la hará retroceder en el tiempo hasta su infancia y juventud, una etapa en la que en la localidad se sufrían los ataques de ETA. Una historia donde tendrá que perdonar y olvidar para que los fantasmas desaparezcan para siempre.
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