Zarautz - ¿Cómo decidió crear un espacio tanto para ofrecer asesoramiento psicológico como físico?

-Estoy escribiendo mi segundo libro y quería un espacio para concentrarme. Además, había gente que me pedía ayuda y necesitaba un sitio donde atenderlos. Todo surgió sobre la marcha, al igual que los grupos de entrenamientos.

¿En qué momento vió que unir el deporte y la psicología podía dar buenos resultados?

-Me fui a Madrid con la idea de trabajar en algún gimnasio, pero todos me decían que no porque era psicóloga y porque no venía del INEF, hasta que llegué al club deportivo Castellana Sport Club. Lo que hacía allí, sobre todo, era dar conferencias. Quise trabajar como entrenadora, y aunque no lo hice de la manera que quería, derivó en que empezara a construir el fitness emocional.

¿Y en qué consiste el fitness emocional?

-Consiste en utilizar el ejercicio para que el cliente se conozca, para que conozca sus límites y sus dificultades. Es una manera muy distinta de trabajar y muy gratificante. Yo no entiendo mi trabajo sin el deporte, tienen que ir de la mano. Todo el mundo me decía que yo tenía algo característico que me hacía diferente a otros entrenadores, entonces entendí que la diferencia estaba en el apoyo. Cuando alguien te contrata lo que quiere es estar en forma, pero es una persona con sus problemas y dificultades, y les entreno fijándome en sus carencias.

¿Qué servicios ofrece?

-Tengo dos grupos de seis mujeres a las que entreno y quiero hacer terapia grupal con ellas porque así se van aportando más cosas y es mucho mas enriquecedor. También tengo hombres que vienen una vez al mes y estipulamos la alimentación y el entrenamiento. Por otra parte, está el servicio psicológico, de alimentación y entrenamiento online, porque después de las competiciones, había mucha gente que se ponía en contacto conmigo desde diferentes puntos del Estado.

¿Qué valoración hace de este mes y medio?

-Estoy muy contenta porque veo que se está poniendo en marcha practicamente solo. Además, ver cómo están progresando las chicas, que empezaron de cero, me ayuda muchísimo. El estar en forma era su última preocupación y que se hayan enganchado es espectacular. No puedo pedir más en ese sentido.

Fue campeona de España en Bodyfitness en el 2009. ¿Cómo comenzó en ese mundo?

-Entonces estaba saliendo con un entrenador personal, me llevó a una competición y quedé impactada. Siempre me han llamado la atención esos cuerpos, eran prototipos que me llamaban la atención. En esa competición vi que los cuerpos de las mujeres eran esculturas y dije: “Yo quiero estar ahí”. Fui recabando información de las campeonas para llegar a ser la mejor. Y así fue.

¿Y por qué decidió dejarlo?

-Fue en 2010, en el último campeonato. La preparación fue muy dura, quedé segunda y pensé: “He pasado por todo esto para quedar segunda?”. Decidí no seguir ese camino porque me estaba destruyendo. Había conseguido muchas cosas pero estaba perjudicando mi salud.

¿Qué te ha aportado escribir el libro ‘Fitness emocional’?

-Sé que está llegando a mucha gente, pero me ayudó principalmente a mí. A raíz de ahí mejoró la calidad de mi servicio a nivel terapéutico y los clientes tienen unos apuntes y el progreso es mucho más rapido. Además, estoy juntando dos mundos, ofrezco lo que puede dar un psicólogo y un entrenador y tengo un libro que une esos dos mundos. Ha sido como marcar un estatus profesional y de reconocimiento.

¿Qué proyectos tiene entre manos?

-A corto plazo está el de asentarme en Zarautz y crear algo más grande. A medio plazo está mi segundo libro que estoy escribiendo con Diego Calvo, y que verá la luz en mayo. A largo plazo, me gustaría crear un instituto de formación en el que diferentes profesionales demos cobertura a formación de entrenadores personales. Pero hasta mayo mi energia estará puesta en el segundo libro, lo del instituto es de cara al año que viene o al siguiente.