“Mi padre es escocés y mi madre francesa, así que creo que soy turista de nacimiento”
Lleva sangre escocesa y francesa, pero se siente, sobre todo, tolosarra. Brian Cullen trabaja en la oficina de turismo de Tolosa, un trabajo, dice, “vocacional”
Tolosa - ¿Cómo ha ido el verano?
-Han venido pocos grupos grandes, más bien parejas. Con el calor sofocante las familias seguramente se habrán quedado en la playa. Y, sobre todo, he percibido que ha venido gente muy preparada e informada sobre nuestra historia, seguramente por la capitalidad cultural de Donostia. Me han hecho preguntas muy muy concretas; por ejemplo, llegaron unos alemanes que querían visitar la ermita de Aldaba porque sabían que tiene unas vistas maravillosas. Lo cierto es que tenemos turistas con inquietudes, no un turismo de hooligans.
¿Desde dónde han llegado?
-Me ha llamado la atención que este verano ha venido gente que nunca aparecía por aquí; gente de Valladolid, Ciudad Real, Albacete.... Y también han llegado visitantes de Alicante, Murcia o Valencia escapándose del calor sin saber lo que se iban a encontrar aquí. También han estado por aquí unos turistas de la isla de Java, Oceanía.
¿Qué es lo que más les sorprende a los turistas que llegan a Tolosaldea?
- Llegan con la idea de que Tolosa es un pueblo pequeño, pero cuando les contamos que fue capital de Gipuzkoa, el patrimonio que tenemos y las posibilidades que hay de hacer turismo cultural, gastronómico y natural, alucinan. Me confiesan que si lo hubiesen sabido no hubiesen dejado la visita para el útimo día. Y también se quedan extrañados de lo amable que es la gente.
Le toca trabajar cuando los demás están de vacaciones...
-Sí, pero ahora me toca a mí. Es duro trabajar todo el verano mientras la gente está de vacaciones, pero si te gusta tu trabajo es menos duro.
¿Y qué es lo que más le gusta de este trabajo?
-Las relaciones con la gente y dar a conocer Tolosaldea, cosa que es muy fácil y una gozada. Es un trabajo vocacional.
¿Cuántos años lleva en la oficina de turismo?
-Llevo siete años, pero siempre he estado metido en muchas salsas. He estado entre bambalinas en el Titirijai, he trabajando en bares, campings, ferrys... siempre de cara al público porque gustan las relaciones sociales.
A su juicio, ¿qué debe tener un buen guía turístico?
-Hay que saber transmitir, ver las inquietudes que tiene la gente y no solo repartir folletos. Yo también soy turista y sé lo que me gusta que me den cuando viajo.
También hacen falta idiomas...
-Hablo inglés, francés, castellano y euskera. Mi padre es escocés y mi madre francesa, y creo que soy turista desde mi nacimiento, porque he viajado desde que era bebé.
Su txoko guipuzcoano favorito. Tolosa. Tengo sangre de diferente origen, pero siempre digo que me siento muy tolosarra.
Un paisaje idílico. Las vistas desde Izaskun, desde donde se ve Aralar, Aizkorri, Ernio...
Una fiesta o un evento. Sin duda, los carnavales de Tolosa. Para mí son lo mejor del mundo; participativos, respetuosos, te dan la tranquilidad de ser tú mismo y conectas con lo ancestral.
Un monte. Txindoki.
Una playa. La de Getaria, es pequeña y tranquila.
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ipuzkoando