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El María Cristina, más dañado de lo previsto

Las olas de 2014 causaron más desperfectos de los inicialmente calculados en el puente María Cristina y solventarlo costará un millón de euros, que se suma a otras actuaciones recientes en las pasarelas de Donostia.

El María Cristina, más dañado de lo previsto

La estructura del puente María Cristina está bastante más dañada de lo previsto y reforzarla supondrá una nueva inversión de un millón de euros. No será la única: el año pasado ya se trabajó en el puente para intentar solucionar los desperfectos ocasionados por los fuertes oleajes de los últimos años, en especial los de 2014. Y recientemente también se ha tenido que trabajar en el puente del Kursaal; los puentes más antiguos de la ciudad empiezan a mostrar ligeros achaques. Y alguno de los más modernos, también.

El más dañado por las olas en los últimos años ha sido el María Cristina. Tras una actuación urgente para arreglar barandillas dañadas, el año pasado se encargaron los trabajos para reforzar el estado de la estructura. Iniciadas las obras, en cambio, se pudo apreciar el alcance real de los daños, “muy superior al estimado en las inspecciones realizadas”. Por eso, encargaron un estudio pormenorizado del deterioro superficial y estructural y contrataron a la empresa Girder Ingenieros: ha elaborado el proyecto para abordar los problemas, como los de oxidación y grietas, con un presupuesto de más de 960.000 euros, que acaba de ser aprobado por el Gobierno municipal.

Las obras previstas se realizarán en distintas fases aunque parece que no será necesario cerrar la pasarela y los trabajos tendrán en cuenta también que el puente está catalogado en el Plan Especial de Protección de Patrimonio Urbanístico Construido (Peppuc), por lo que no se deberá alterar su aspecto.

El puente María Cristina fue inaugurado, precisamente, el 20 de enero del año 1905. Fue diseñado por el ingeniero José Eugenio de Rivera y el arquitecto Julio María de Zapata y destacó en su momento por la utilización de hormigón armado, que ha aguantado bien el paso de los años. Los cuatro templetes fueron diseñados por Goikoa y están culminados por grupos escultóricos de Angel García Díez, aunque originalmente en su lugar iba a haber arcos de triunfo.

kursaal Solo unos metros más abajo, el Consistorio también ha tenido que invertir recientemente en el puente del Kursaal o Zurriola casi 400.000 euros. A finales del año pasado repararon las dos galerías ocultas por las que las discurren las canalizaciones del agua, el gas, la telefonía y la electricidad, entre otros servicios, que pasan del Centro a Gros por este punto. A pesar de la envergadura de la actuación, los ciudadanos apenas percibieron los trabajos, que se desarrollaron bajo el tablero.

Las galerías fueron creadas aprovechando dos de las siete vigas que vertebran la pasarela, reconstruida hace 23 años: se desmanteló el tablero, se reforzó y se reconstruyó siguiendo el diseño original. El paso del tiempo las había dañado y el oleaje de principios de 2014 supuso nuevos desperfectos importantes, tras los que hubo que reponer cerca de 120 losas de hormigón y sujetarlas a las vigas. El puente fue construido en 1921 y diseñado por José Eugenio de Rivera (las farolas son del ingeniero Víctor Arana).

Anterior a los dos puentes es el puente de Santa Catalina, el más antiguo de la ciudad, pero también el que más cambios ha sufrido y el que mejor está aguantando los últimos temporales. Se estrenó en 1872 y fue diseñado por Antonio de Cortázar, con estilo neoclásico. Años después perdió uno de sus ojos (al canalizarse el Urumea) y se ha ensanchado hasta en tres ocasiones: la última tuvo lugar en 1978, cuando se incorporó el colector, aunque se ha mantenido su diseño original en todo momento.

mundaiz Aunque es mucho más reciente que los otros tres, el puente de Mundaiz también ha necesitado un importante retoque este verano. Fue estrenado en el año 2000 y poco después surgieron los primeros desconchados, que el Consistorio achaca a la UTE que lo construyó por considerar que no garantizó la adherencia de la última capa de pintura. Aunque las empresas lo niegan y el asunto está en tribunales, el Consistorio ha decidido emprender el repintado del puente, que ha concluido recientemente, de manera subsidiaria: si el juez le da la razón, la UTE constructora le deberá abonar los casi 150.000 euros que ha costado la intervención.