donostia - Tras largos años de estudios y controversias sobre el origen de las piedras que aparecen cada verano en la orilla de Ondarreta, el Ayuntamiento de Donostia ha optado por seguir los consejos de la sociedad de ciencias Aranzadi e intentar eliminar grandes volúmenes de piedras a máquina. Sin embargo, el servicio de Costas de Gipuzkoa no permite el uso de máquinas, algo que, según el biólogo Jon Etxezarreta, sería la mejor solución. Etxezarreta alzó la voz sobre el origen ajeno a la playa de estas piedras hace cinco años, cuando hasta el momento se habían considerado parte del sustrato natural del arenal, por lo que los expertos contratados por el Consistorio desaconsejaban retirarlas.
¿Cuándo descubrió que la mayoría de las piedras eran restos de obra?
-Lo sabía con anterioridad, pero a finales de 2011 me puse en contacto con Costas, porque había hecho 23 catas en toda la playa de Ondarreta, y les pregunté si sabían que las piedras procedían de obras. Me dijeron que sí y que tenían un libro antiguo en el que quedaba constancia de ello. Lo dejé en sus manos y en noviembre de 2011 terminaron su informe y dieron a conocer los resultados a los medios de comunicación. El estudio decía que la mayor parte de las piedras eran escombros y solo una pequeña porción rocas desprendidas de los acantilados.
¿Por qué se consideraba antes que eran el lecho natural de la playa?
El primer estudio fue encargado por el Ayuntamiento a Azti-Tecnalia para saber cuál era el motivo de que afloraran los primeros cascotes. El año 2005 fue clave porque el Ayuntamiento solicitó a Azti que hiciera el seguimiento de la retirada de la cimentación de la antigua cárcel de Ondarreta, que se demolió entre 1948 y 1949, aunque se quedaron las cimentaciones en el lugar. La decisión de Costas fue quitar los cimientos de la cárcel y del muro de costa antiguo todo lo que se pudiese. En la zona del Pico del Loro no, porque iba a coger demasiada profundidad, pero sí desde el Tenis hasta donde están las cabinas, más o menos. Y, en principio, Costas quería cribar las piedras de relleno que había entre esas cimentaciones y el paseo. Pero Azti consideró que el relleno que venía del paleocauce del río Gorga, también llamado Ibaeta, Añorga o Konporta. Un solo técnico vio cómo estaban trabajando las máquinas a pie de obra y consideró que las piedras formaban parte del sustrato de la playa y eso que estaban a entre 1 y 3 metros de profundidad de la zona alta.
¿Entonces, no se cribaron las piedras?
No. Se cometió el gran error de eliminar el muro que sujetaba ese relleno, pero no las piedras, y con la dinámica de la playa los cascotes han ido bajando hacia la orilla. El mar se lleva a la arena pero no los cascotes, que no vuelven a subir
Es decir, ¿que las piedras proceden principalmente del relleno que se creó para construir encima el campo de maniobras y la cárcel que hubo en Ondarreta?
-Sí. Al quitar el muro que retenía el campo de maniobras se fue desmoronando poco a poco lo que había. No es verdad que las piedras que se quitan vuelven a salir. Es que van cayendo más. Están enterradas en la zona alta de la playa y se van desplazando hacia la orilla.
¿Cómo era ese relleno de piedras sobre el que estaba la cárcel y el campo de maniobras?
-Tendría 1,5 metros de alto o más en algunas zonas. El material que puede andar pululando puede ser desde 20.000 a 25.000 metros cúbicos de escombros. Igual no hace falta quitarlos todos, pero sí ir rebajando la capa de escombros de arriba, que es la que da problemas en verano.
¿Cuánto habría que retirar?
-Habría que hacer catas, y aún y todo no se sabría con exactitud, y un estudio de impacto ambiental, que sería muy costoso. Lo que hay que hacer es aprovechar cuando hay mucho escombro, como ahora, para quitarlo.
Costas no ha dejado retirar las piedras con máquinas despedregadoras y se está haciendo a mano.
Sí. Pero una de estas máquinas hace el trabajo de más de 100 personas. Una despedregadora capturaría incluso las piedras que están algo profundas y están por salir. Creemos que lo mejor es actuar por la noche, ya que un tractor tiene que tirar de la despedregadora. Y dejar la playa limpia a diario. Ya se publicó en un informe de Costas que la retirada costaría 159.000 euros, se supone que al año.
Pero Costas de Madrid no hizo caso de su propio informe de Gipuzkoa que aconsejaba retirar los cascotes.
Lo presentaron en Madrid al Cedex, que es el que asesora al Ministerio de Medio Ambiente en obras públicas. Luego visitaron Ondarreta en mayo y octubre, y no en junio, julio y agosto, que es cuando salen los cascotes, y determinaron que haciendo una escollera hacia la isla sería suficiente para acumular la arena y tapar las piedras cercanas al Tenis. Pero eso es la rasa mareal y nadie se queja de que haya rocas en la playa. La gente se queja de los cascotes que salen entre las escaleras de piedra y las cabinas. La gente se va feliz y contenta si puede coger quisquillas en las rocas porque es algo natural.
¿Es decir, que la solución que propone Costas es crear una escollera?
-Quieren hacer esa barbaridad y desde Madrid están teledirigiendo al servicio de Costas de Gipuzkoa. Les dicen exactamente lo que tienen que hacer. Las pocas visitas de un solo día que han hecho a la playa las han hecho en los meses que no tienen problema. El Pleno del Ayuntamiento rechazó el proyecto de construir una escollera, pero insisten. Porque están muy acostumbrados a hacer diques, escolleras? pero para los donostiarras y para los usuarios de la playa de Ondarreta sería un problema. Ellos apuestan por el dique como en otras zonas del litoral español y no renuncian. El ensayo que tienen hecho deja claro que la arena se acumularía muy cerca de la rampa del Tenis en la zona alta y ahí no hay problema de piedras. ¿Para qué queremos que se acumule ahí arena? Lo presentan como un éxito cuando no vale para nada. Es absurdo.
Los informes también dicen que una escollera eliminaría una ola característica.
-Ellos consideran que hay que frenar la ola que ha existido ahí siempre porque genera erosión en el sector occidental en la playa. Pero si frenas esa ola se provocaría que siempre fuera como verano y estarían aflorando los cascotes de continuo porque en invierno los grandes temporales tapan todo. Es justo lo contrario a lo que se desea. Ellos creen que el tramo en el que salen estas piedras son como mucho 100 metros de largo desde la pared del Tenis y no es así. Se va mucho más allá del puesto de la Cruz Roja. El servicio de Costas de Gipuzkoa quitó el muro, con los informes del Cedex y asesorados por Azti, y salieron las piedras. Y algunos dicen “¿Y si se coloca otra vez el muro?”. Se podría, pero las piedras ya se han ido desperdigando.
Los estudios también sugieren que si se quitan los cascotes habría que reponer el mismo volumen con arena.
-La retirada de piedras no es de un día para otro. Las mareas mueven tranquilamente 5.000 o 10.000 metros cúbicos de modo natural. No vemos necesario aportar más arena, porque el volumen de escombro retirado lo completa el mar. Hay un banco de arena cerca del Pico del Loro del que se ha sacado miles de metros cuadrados de arena en mayo de los años 2013, 2014 y 2015. El mar la repone. A la Naturaleza hay que quitarle lo que no le corresponde pero no lo que le es propio.
¿Está contento con que ahora se acepte que las piedras no son originarias de la playa?
-Los únicos que no están de acuerdo con lo que digo son todos aquellos que en su día defendieron la postura contraria. Han cometido un error. Hasta el año 2011 Azti no hablaba para nada de escombros. Cuando salió el informe de Costas empezaron a decir que podría haber, luego que sí, luego que algunos y luego que muchos. Pero el volumen que hay es bestial. Lo que es muy evidente son los ladrillos y los trozos de hormigón, pero las piedras naturales que hay también fueron sacadas de canteras de alrededores de Ondarreta, de modo totalmente artificial. Se parece a la ladera de Igeldo, dicen algunos. Claro, pero es que la ladera del Tenis llegaba hace 500 años hasta la playa.
¿Han sido difíciles las relaciones con las instituciones?
-El Gobierno municipal anterior de Bildu no se lo tomó bien y creyó que le estábamos atacando cuando no es así. Estábamos atacando las tesis defendidas por entonces. Y les dijimos que este problema tampoco había sido resuelto por el anterior Gobierno, del PSE, porque estaban mal asesorados. Ellos también habían intentado arreglar el problema, pero ha habido un cúmulo de errores de gente que no ha apreciado bien la cuestión. Es un problema de suelos alterados, de materiales externos a la playa. Los escombros de ahora son de hormigón, pero antes tanto la cárcel como el muro de costa se hacían de piedra, una piedra que se parece a las de la playa. Lo que ha sucedido en Ondarreta no es un proceso natural. Hace 150 años se modificó todo echando esa cantidad de piedras de cantera sobre la arena.
¿A su juicio, no queda otra solución que cribar?
-Son suelos alterados y espero que no tengan un nivel de contaminantes malos para la salud. Hay maquinaria para cribar, aunque algo de arena se queda pegada a las piedras. Intentar pretender que las piedras las saquemos limpitas es imposible. Si quitamos un poco de arena con la retirada de las piedras no me preocupa, se repondrá sola. Lo que puede desaparecer es insignificante en relación con los 2,5 millones de metros cúbicos de arena en el entorno de la bahía. Hace años muchos caseros se llevaban arena con carros y no pasaba nada.
¿Que pasaría si no se retiran los escombros?
-Además de las molestias, si los actuales escombros se van erosionando y se van haciendo arena, cogiendo materiales de los ladrillos y hormigón, la arena se iría quedando gris.
¿Entonces no ve bien que se trituren las piedras ‘in situ’, como se ha sugerido?
No se propuso eso. Fue un error de comprensión. Lo que se propuso es extraer las piedras y llevarlas a un centro de tratamiento donde se triturarían y reutilizarían para hacer suelo de carreteras y de aceras. Se puede dar un uso al material extraído de Ondarreta.
¿Seguirá peleando para quitar los escombros con maquinaria?
-Es lo mejor. En un momento, desde Aranzadi me pidieron que dejara de insistir porque el anterior Gobierno municipal se lo estaba tomando muy mal y no se iba a conseguir más que se enfadaran con nosotros. Y lo que hice fue callarme. Pero cuando llegó el nuevo equipo de Gobierno me ofrecí otra vez en nombre de Aranzadi para asesorarles gratis tanto para Ondarreta como para el resto del litoral. El tema de Ondarreta no es un problema que viene del mar sino de tierra, y así hay que enfocarlo.