Química contra física
La parte final de la ladera del Peine del Viento será tratada de modo experimental con productos para fachadas con el fin de evitar desprendimientos
Los últimos 75 metros de la ladera del Peine del Viento serán tratados con productos químicos de modo experimental con el fin de tratar de endurecer la roca y, así, evitar los desprendimientos. Esta solución ha sido acordada entre el Ayuntamiento y las familias del escultor Eduardo Chillida y del arquitecto Luis Peña Ganchegui, que mantuvieron el pasado martes una última reunión. El alcalde, Eneko Goia, explicó ayer que será la primera vez que una ladera sea tratada con técnicas propias de las fachadas, siguiendo las indicaciones del Instituto de la Piedra de Almería, por lo que consideró la solución “pionera”.
La técnica se aplicará de modo experimental, según señaló el alcalde, que recordó que la plaza se abrirá al público el próximo 2 de agosto con una valla de protección para el final de la ladera, tal y como informó ayer este periódico.
A tres metros
Solo los últimos 75 metros de la ladera quedarán inaccesibles, ya que la valla provisional situada a tres mestros de la roca impedirá que los viandantes puedan acercarse hasta ella, a la vez que les protegerá de posibles desprendimientos. “La valla no permitirá tocar la ladera pero sí contemplar y disfrutar de las esculturas”, señaló Goia.
El vallado temporal no se retirará hasta que exista seguridad absoluta de que el tratamiento químico funciona, señaló el alcalde. “Se trata de algo experimental que no tendrá afecciones estéticas en el conjunto arquitectónico, pero que llevará su tiempo”, dijo Goia, que subrayó que “lo más importante es garantizar la seguridad de las personas que visiten” el Peine del Viento.
En caso de que la técnica experimental no funcione sería necesario buscar otra solución. Hasta el momento, las familias de los artistas no han aceptado las dos propuestas técnicas barajadas. La primera consistía en colocar una malla sobre los estratos del flysch, que tendrían un notable impacto estético en la plaza, y la segunda, instalar una verja fija a tres metros de la ladera a lo largo de los últimos 75 metros del paseo. El vallado se colocará, finalmente, pero de manera provisional, mientras se estudia si el tratamiento para endurecer las partes más blandas de la roca hace el efecto deseado.
La plaza del Peine del Viento, uno de los espacios más concurridos tanto por donostiarras como por visitantes, lleva cerrada desde julio del pasado año, después de que un desprendimiento de rocas obligase a clausurar el espacio para evitar accidentes.
Desde el pasado mes de abril, la empresa Técnicos en Estabilizaciones e Inyecciones SA (Teinsa) está llevando a cabo trabajos de estabilización de la ladera, por un montante de 692.000 euros, que incluyen la cobertura de gran parte de la ladera así como la colocación de redes dinámicas para recoger los fragmentos caídos. Esta actuación está a punto de terminar.