cuando las cosas se hacen con pasión se nota. Y así lo hizo Jabier Otaegi durante sus 49 años de vida. Falleció pasado el sábado tras sufrir un infarto justo después de acabar el concierto en la iglesia parroquial de Zegama. Justamente había venido a dar un concierto la coral de San Sadurní d’Anoia, localidad con la que está hermanada Zegama desde el año 1989. Al terminar la actuación de los catalanes, Orkatz Abesbatza se sumó al concierto y los dos cantaron una canción en catalán y otra en euskera, Kantuz. Una vez terminado el concierto y, para sorpresa de los asistentes y de los integrantes de ambos coros, Jabier Otaegi se dirigió al público para agradecer el apoyo que le habían mostrado estos meses, ya que hace poco padeció un ictus. Y así dio paso a la que sería su última canción. Se la dedicó a su familia y, en especial, a su mujer, Helena Arizkorreta, como ya había hecho en diversas ocasiones. Cantaron Te quiero y, con el final de los últimos acordes, Otaegi se desplomó y falleció. Zegama llora ahora su ausencia e intentan recomponerse del duro golpe.

Otaegi estaba muy comprometido con la música y era un apasionado de ella. Con solo catorce años aprendió a tocar el órgano y un año más tarde reunió a los jóvenes del pueblo para fundar una coral. Fue el creador de los tres coros que existen hoy en día en Zegama: Orkatz, Orkatz Gazte y Orkatz Txiki. Aini-tze Azurmendi lleva ya 20 años en Orkatz y cuenta que ha aprendido mucho con Otaegi: “En cuanto a la música, me ha enseñado todo lo que sé, y a nivel de valores también he aprendido mucho con él”. Ella misma estaba el sábado pasado en el concierto y recuerda muy afectada lo ocurrido. “Para nuestro coro y para los zegamarras la canción Te quiero es muy especial. Nadie sabíamos que la íbamos a cantar, y justo al terminar se desplomó”. Azurmendi recuerda además que el fundador de Orkatz le daba mucho valor al trabajo en grupo y que siempre les decía que eran un equipo. “Para mí ha sido una gozada y un placer haber tenido la oportunidad de poder compartir con Jabier todo este tiempo”.

Además de fundar los tres coros también fue uno de los creadores del grupo de txistu y el impulsor de la escuela de música en la localidad. Hace ya 20 años que se creó Tobera Musika Eskola, y Otaegi tuvo un papel decisivo en aquel momento. Así lo recuerda el que hoy en día es director de Tobera, Iker Gómez de Segura: “Era una persona importante en el pueblo, en la cultura y sin duda también en la música”. Según cuenta Gómez de Segura, en aquellos años se creó una escuela de música pero años más tarde las localidades cercanas como Segura, Zerain y Mutiloa también veían la necesidad de una escuela de música, por lo que se formó Tobera Musika Eskola. Y ahí estaba Jabier Otaegi. “Él fue quien dijo que había que poner en regla todo para que fuese una escuela de música totalmente estructurada y legal”, dice el director de Tobera. A nivel personal fue él quién le enseñó cómo dirigir una escuela. En el año 2001 la anterior directiva dejó el puesto y había que encontrar a otra persona para que cogiese el mando. Otaegi se ofreció voluntario para ser el director durante unos meses. “Yo entré en la Musika Eskola de su mano, él fue mi mentor. Era, sin duda, una persona pasional. Siempre estaba dispuesto a ayudar, a echar una mano en lo que fuese. Yo no le voy a olvidar, no”, recalca Gómez de Segura. Otaegi deja atrás tres hijos y una mujer. Ellos también son estudiantes de Tobera, y el director destaca que también forman parte de la familia Tobera. “Es una familia muy musical e importante para nosotros”.

“Ha sido terrible”, reconoce Edurne Albizu. Ella fue alcaldesa de Zegama durante ocho años, y en total lleva 16 años como técnica de Cultura. Trabajó durante muchos años codo con codo con Otaegi, ya que también estuvo en el Ayuntamiento como técnico. Visiblemente emocionada, recuerda que ha sido una persona muy importante para el pueblo. “Abarcaba muchos ámbitos”. Amante de la cultura desde joven fue él quien impulsó la creación de una asamblea de cultura. Reunió a todas las asociaciones de Zegama y creó un foro para poder debatir sobre diversas cuestiones. “Era capaz de hilar todas las cosas que estaban sueltas con una gran capacidad para trabajar en grupo”. Albizu recuerda, por ejemplo, que Otaegi era el que intentaba dar a conocer a los artistas del pueblo. Para ello elegían un día y lo dedicaban a conocer la historia de esa persona y su obra. “Todo eso se le ocurría a él, era una persona muy creativa y muy capaz”, narra la técnica de Cultura.

Jabier Otaegi era una persona que tenía la cultura y la música como forma de vida y que actuaba de corazón. Su corazón dejó de latir después de decir “te quiero”. Un sentimiento que el pueblo también lo tiene hacia él.