donostia - Las máquinas entraron ayer en Kortxoenea y comenzaron a derribar el gaztetxe en una jornada larga que se saldó con varios detenidos y heridos al desmantelar una sentada de protesta y con una concurrida manifestación que recorrió las calles de Gros hasta el Boulevard por la tarde. A lo largo de todo el día, imágenes y tuits sobre el derribo llenaron las redes sociales junto con centenares de mensajes de apoyo al proyecto cultural desarrollado en Kortxoenea estos últimos cinco años.

Fue alrededor de las 7.15 horas cuando personal de seguridad de la empresa propietaria del solar entró con las caras tapadas y desalojó del edificio a los jóvenes que estaban en el interior, “a patadas y empujones” según el relato de los jóvenes, que estudian interponer una demanda contra la empresa. Tres de ellos lograron subir al tejado de Kortxoenea, pero poco después fueron también desalojados por la Ertzaintza, que se acercó a las inmediaciones con una dotación importante de furgonetas, coches y agentes.

A medida que las máquinas entraron en el recinto fueron congregándose más jóvenes en las inmediaciones de la vieja fábrica de Indianoene, que coreaban contra el derribo y contra el Gobierno municipal. En un momento de la mañana permitieron a tres jóvenes entrar al interior a sacar material.

Alrededor de las 11.30 horas había ya algo más de un centenar de jóvenes que se trasladaron hasta Ategorrieta, donde realizaron una sentada en la carretera a modo de protesta que paralizó el tráfico en ambos sentidos. En pocos minutos llegaron las furgonetas de la Ertzaintza, que procedió a levantar a los jóvenes del suelo por la fuerza y a rastras, lo que originó momentos de tensión que se saldaron con varios heridos y dos detenidos acusados de atentado contra agentes de la autoridad, según el Departamento de Seguridad del Gobierno Vasco, que fueron liberados al anochecer. Los jóvenes denunciaron la “brutalidad” empleada por la Ertzaintza.

Por la tarde, una manifestación que recorrió las calles de la ciudad para denunciar el derribo de Kortxoenea y reivindicar el trabajo del gaztetxe reunió a miles de personas bajo el lema Ez gaituzte geldituko, Kortxoenea bizirik. También han convocado otra manifestación para el sábado.

“el propietario” Aunque en muchos momentos los jóvenes responsabilizaron al alcalde, Eneko Goia, el Gobierno municipal recordó ayer a través de una nota que el derribo “obedece a una decisión del propietario del inmueble”, que pretende iniciar una actuación urbanística en la parcela “conforme a los planes urbanísticos aprobados durante la pasada de legislatura”. Recordó, asimismo, que en septiembre se paralizó el derribo porque no se cumplían las medidas de seguridad pero que ayer se comprobó que ya eran correctas, por eso se le permitió proceder. El Gobierno municipal añadió que desde septiembre ha mantenido varias reuniones con una representación de Kortxoenea, en las que se están “explorando alternativas” que permitan mantener la actividad cultural del gaztetxe. Aunque hasta el momento “no se ha encontrado una solución definitiva”, afirma que sigue abierto a buscar alternativas.

Por su parte, la portavoz de EH Bildu de Donostia, Amaia Almirall, acusó a Goia y al teniente de alcalde Ernesto Gasco de no dar la cara: “Acudir a presentar el 2016 en una feria de turismo en Londres y mientras tanto derruir un centro creador de cultura en Donostia muestra el modelo de ciudad de PNV y PSOE”. Almirall, que se acercó a Indianoene junto con algunos concejales más de la coalición, denunció la violencia y el “desalojo mafioso” del edificio. Recordó, asimismo, la propuesta que hizo hace algunas semanas para trasladar la actividad del colectivo de Kortxoenea al inmueble del número 20 de la cercana calle Zemoriya que, al parecer, Educación tiene intención de liberar. “Es una opción real”, insistió Almirall, que pedirá al Gobierno municipal que la estudie.