"Estamos pendientes del tiempo", repetía el artillero mayor de la Sociedad Gastronómica donostiarra, Luis Mokoroa, minutos antes de prender la llama del cañón. "Esperemos que la lluvia nos de un poco de tregua", añadió. Y es que si cuatro gotas mojaban el artilugio, Donostia se quedaba sin cañonazo. "Alguna vez nos ha pasado lo de hoy, por eso teníamos el cañón tapado desde primera hora", aseguraba uno de los soldados de la Sociedad Gastronómica mientras sus compañeros secaban, con cuidado, cada parte del cañón. "Hay que limpiarlo bien por dentro, a nada que entre un poco de agua no dispara, y si no lo hace...", lamentaba el soldado. No obstante, la lluvia dio unos minutos de tregua y el cañón, traído de un almacén de la agrupación Urgull Histórico, pudo hacer su trabajo y hacer retumbar a los donostiarras y turistas que llenaron los jardines de Alderdi Eder.
Instantes antes de las 19.00 horas un centenar de miembros de Koruko Ama Birjinaren Eskola y coralistas del coro Easo fueron los encargados de darle ritmo al Artillero -con motivo de su 75 aniversario-, todos ellos pendientes de que la lluvia no interrumpiera sus actuaciones. "Hemos ensayado tres días esta semana y sí que estaba algo nerviosa", confesó una dantzari de Eskola, Lierni Arozena, tras el acto. "Era la primera vez que bailábamos el Artillero y estoy encantada. Además no nos ha llovido, ha sido una buena experiencia", recalcó.
Asimismo, varios integrantes del coro Easo aseguraron estar "muy nerviosos", aunque tras cantar, componentes del grupo como Leyre Miranda afirmaron que fue "muy divertido y una buena experiencia". "No hemos ensayado mucho porque era una canción conocida. Todo lo que sea fiesta y pasárnoslo bien es positivo", añadió una de las veteranas del coro, Lourdes Etxeberria.
Quien marcó el compás de la cita fue Illunbe Trintxerpe Musika Banda. Dos de sus componentes, Beñat Segurado y Aitor Amatriain, coincidían en que "la experiencia de cada año depende del tiempo. Si llueve nos fastidia y, si no lo hace, sale bien".
Junto a ellos, el alcalde de Donostia, Eneko Goia, bailó y cantó al son de Artillero acompañado por el teniente de alcalde Ernesto Gasco y representantes de todos los grupos municipales. Tampoco faltó una visita que agradó a bastantes donostiarras, la de la cantante Rosario Flores, que fue recibida en el Consistorio minutos antes y que esta noche actuará en Sagüés.
"Me comentaron que venía Rosario y me he acercado por curiosidad, ya que no soy de ir a sitios donde haya mucha gente", confesó Maribel Fernández, una donostiarra que se consideraba fan de la cantante. Al igual que Fernández, varias señoras afirmaron acercarse a Alderdi Eder para conseguir fotos con la intérprete. Además de ella, varias caras conocidas se mezclaron entre los donostiarras y turistas que llenaban Alderdi Eder. Entre ellas, los actores Guillermo Ortega, Marta Torné o el presentador Carlos Sobera que, aprovechando que están en Donostia presentando su obra de teatro, no se perdieron el cañonazo.
No obstante, la gran mayoría acudió a la cita con el fin de ver el tradicional cañonazo, como es el caso de Juan Pagola y su familia. "Mi hijo pequeño no había estado nunca, por eso hemos venido hoy, rezando para que el tiempo nos diera un descanso y así disfrutar de lo bonito que es esto", aseguró. Además, confesó que para sus hijos la fiesta había comenzado mucho antes: "Venimos con los cabezudos desde Amara y nos ha llovido un poco; aun así eso no es impedimento para los niños, que se lo pasan pipa".
Y es que las gotas que cayeron minutos antes del cañonazo no consiguieron frenar a la multitud que acudió a la cita. "Hemos tenido suerte y se ha podido prender la llama del cañón", afirmó Jorge Arin. "Esto es Donostia y los que vivimos aquí venimos preparados", afirmó Marta Gómez, equipada con katiuskas, paraguas y chubasquero.