donostia - El Gobierno municipal insiste en que la reciente sentencia del Tribunal Supremo sobre Txomin no afectará al proyecto de reurbanización previsto, aunque pueda suponer alguna modificación. Los servicios jurídicos y urbanísticos del Ayuntamiento estudian estos días qué implicaciones concretas tendrá ese fallo para la operación, a la espera todavía de que se formalice la adjudicación de los trabajos a la UTE compuesta por Amenabar, Campezo y Gesbas, ganadora del concurso convocado por el Consistorio.

Tal y como hizo saber este periódico la semana pasada, el juez ha dado la razón a un grupo de propietarios expropiados de Txomin, que no tendrán que sufragar el parque fluvial, al contrario de lo que preveía el Consistorio. Además, la sentencia indica que el hecho de que se vayan a construir más VPO que la media (un 67% en lugar de un 46%) no debería afectar a los expropiados ni condicionar el dinero que han recibido por sus suelos (el suelo expropiado para construir VPO se valora menos que el que se expropia para construir viviendas libres).

El Supremo añade que la decisión de construir más viviendas protegidas es del Ayuntamiento y que será esa institución quien debe asumir el coste sin rebajar el precio que pague a los propietarios de los terrenos.

La sentencia supondrá un incremento del coste de esta operación para las arcas municipales, que ya han desembolsado once millones de euros en adquirir los suelos necesarios para transformar Txomin. De todos modos, los servicios jurídicos analizarán en qué medida ese sobrecoste no previsto puede afectar al resto de la operación, al concurso público que acaban de ganar Amenabar, Campezo y Gestas y a la adjudicación formal de los trabajos, todavía pendiente, para crear los 929 pisos previstos en la zona. El Gobierno municipal insiste en que la sentencia afecta solo a una parte específica del ámbito de actuación del proyecto y se muestra dispuesto a continuar la operación, aunque haya que hacer modificaciones obligadas por la sentencia.

En estos momentos se sigue trabajando en elevar la cota del nuevo barrio para evitar así el desbordamiento del Urumea.