urretxu - ¿Cómo se inició en el mundo de la repostería?
-Estudié HUCO: Ciencias Humanas y Comunicación. Trabajé como periodista durante cinco o seis años y poco antes de nacer mi hija me quedé en el paro. Una vez nació mi hija comencé a hacer trabajos de repostería creativa para los de casa. De ahí empecé a recibir encargos: de los amigos, de los amigos de mis amigos... La bola fue creciendo y llegó un momento en el que no podía gestionarlo desde casa. Decidí hacer un plan de viabilidad con la agencia de desarrollo Uggasa y la conclusión fue que el negocio era viable. El nombre, Irina Tartarova, ya lo tenía: para entonces daba a conocer mi trabajo vía Facebook.
¿Cómo le dio por la repostería?
-En casa siempre nos ha gustado la repostería: galletas, pasteles, flanes... Nunca hemos encargado una tarta de cumpleaños. Siempre las hemos hecho nosotros. Sobre todo, la ama. Lo de la repostería creativa fue a raíz de los programas de televisión. Justo en aquella época se pusieron de moda y me pareció que no era tan difícil. Investigué un poco en Internet, compré las herramientas básicas e hice mi primera tarta de dos pisos. La gente empezó a hacer encargos y así nació Irina Tartarova, mi alter ego. Muchos me llaman Irina y se creen que soy de algún país del este de Europa.
Además, es nieta del gastrónomo José María Busca Isusi.
-Fue gastrónomo e hizo un gran trabajo en ese mundo. Además, mi abuela siempre ha cocinado y sigue haciéndolo. Mi madre también es una gran cocinera. Aprendió de su madre. A mí también me ha gustado siempre mucho la cocina. Disfruto, sobre todo, pensando que otros disfrutarán comiendo lo que he cocinado. Con las tartas pasa lo mismo. Es muy bonito ver con qué ilusión las reciben los niños. Esta parte emocional es una parte muy importante del negocio.
¿Cuál es el pedido más raro que ha recibido?
-Muchas veces no entiendo por qué me están pidiendo lo que me están pidiendo: un coche, un peluche y una señal en la que pone Albacete... Para mí no tiene ningún sentido, pero para ellos sí. Recuerdo que una vez hice una réplica de una aspiradora roomba porque al niño que cumplía años le gustaba mirar a la roomba desde pequeño. También hice un muñequito levantando paja, esta semana he hecho un casco de Star Wars...
¿Cual es la tarta más complicada que ha hecho?
-La más complicada la hice como muestra. Me llevó 21 horas. Seguramente, nadie me pedirá nunca algo así, pero está muy bien para que la gente sepa lo que se puede llegar a hacer.
¿Qué ingredientes llevan sus tartas?
-Suelen llevar bizcocho y crema. No puede ser crema pastelera, pues tienen que aguantar mucho tiempo fuera del frigorífico: si hacer una tarta te puede llevar 21 horas... Por fuera, llevan chocolate.
Se puede decir que son los Miguel Ángel de la repostería.
-El bizcocho te limita un poco, pero es verdad que es un trabajo artesanal y casi todo se hace a mano.
Además de hacer tartas personalizadas, ha creado el pastelito Zubimusu.
-El tema de los pastelitos Zubimusu surgió en casa. Mi hermano pensó que en otros pueblos tienen dulces propios (los Martintxos de Beasain, los Macarrones de Azkoitia, los Inaxios de Azpeitia...) y que Urretxu y Zumarraga también merecían el suyo. Se trata de un pastelito que tiene dos trozos de merengue (Urretxu y Zumarraga) y en medio una placa de chocolate. Uno de los ingredientes es la avellana, que hace referencia a Urretxu. Seguimos trabajando para mejorarlo. Lo presentamos en sociedad en la feria de artesanía de Zumarraga y gustó mucho. De momento, los hago solo por encargo y para las ferias.
¿Cómo hay que comerlos?
-Están pensados para meterlos enteros en la boca y dejar que se deshagan.
¿Por qué se llaman Zubimusu?
-Mi hermano leyó un artículo sobre el antiguo puente de la plaza Areizaga-Kalebarren y, si no me equivoco, los de Urretxu lo llamaban Zubimusu y los de Zumarraga Zubiaurre. Zubimusu me pareció un nombre evocador.