En Euskal Herria tenemos una palabra para denominar a esa lluvia fina de la que, dicho sea de paso, últimamente empezamos a estar un poco cansados, pero que sin embargo es tan propia de nuestra tierra: zirimiri. En Galicia también cuentan con un término para nombrar a este fenómeno que el escritor gallego Castelao describió como “lluvia sutil, que moja sin sentirlo”: orballo. Precisamente, partiendo de esa similitud, llegó el título del libro publicado por el Ayuntamiento de Zarautz y que narra la historia de los gallegos que llegaron desde la década de los 40 a los 70 a Zarautz: Orballo, crónica de la inmigración gallega en Zarautz. Fue presentado por su autora, la periodista zarauztarrra María Feijoo el lunes y tal y como detalló el edil de Cultura, Gari Berasaluze, “quiere rendir un homenaje a todas esas personas que buscando un futuro mejor dejaron su tierra y contribuyeron en construir un Zarautz mejor”. El acto se celebró en un abarrotado Etxezabala, donde no faltaron unos emocionados descendientes de aquellos gallegos.
“Bi aberri dauzkagu, Galiza eta Euskal Herria; lehena jatorria, bigarrena, adopzioan hartu gintuena, baina biak maitasun bakarrak lo-tzen ditu (Tenemos dos patrias, Galiza y Euskal Herria; la primera por origen y la segunda por adopción pero las dos están unidas por un mismo amor)”. Invitado para la ocasión, el historiador gallego Xosé Estévez realizó la introducción y describió con esas palabras en euskera el sentimiento que comparten muchos de sus compatriotas. Citó a Castelao, para recordar las afinidades entre gallegos y vascos, trayendo a la memoria uno de los escritos que escribió a sus amigos euskaldunes: “Yo sé que no hay pueblo en el mundo que nos aventaje en amor al suelo patrio y a la casa materna, porque para vascos y gallegos nuestra tierra es el paraíso terrenal”.
Estévez ofreció un discurso trilingüe y recomendó el libro en gallego: “É un libro que enxerga fraternidade, irmandade e solidariedade entre pobos e persoas nun mundo como o actual, onde un neoliberalismo depredador fomenta o individualismo (Es un libro que vislumbra fraternidad, hermandad y solidaridad entre pueblos y personas en un mundo como el actual, donde un neoliberalismo depredador fomenta el individualismo).
Ilustres hijos de gallegos
Seguramente, para muchos el exitoso Día de Galicia que se celebra en julio es lo más conocido de la comunidad gallega de Zarautz, pero tal y como recordó María Feijoo, las contribuciones han sido “muchas más” y se mostró “orgullosa” de que por fin salgan a la luz. Enrique Afonso y Lisardo Sobrino, hijos de dos socios fundadores de la sociedad gastronómica Carballeira de Zarautz y grandes amantes de la cultura gallega le han acompañado en esta aventura.
Hija de padre gallego y madre segoviana, sus tíos Encarna Losas y José Rey y su madre, María Eugenia González, también le ayudaron a hilvanar la historia. Además, ha entrevistado a más de 30 personas. Así, durante su investigación ha descubierto cosas muy interesantes. “Dos ilustres personajes zarauztarras del mundo de la cultura son hijos de gallegos: uno es el cineasta Eloy de la Iglesia, conocido sobre todo por sus películas de los 80 sobre la marginación y la delincuencia juvenil y el otro, el pintor Mauricio Flores Kaperotxipi, embajador de la pintura vasca en Latinoamérica”, explicó la escritora. Además del mundo de la cultura, destaca lo que aportaron a la construcción de Zarautz: “Eso es algo que sabemos todos los que pertenecemos a esta comunidad, porque nuestros familiares han trabajado casi todos ahí”.
El ciclismo vasco también se ha reflotado gracias a un gallego que llegó a la localidad en los años 50: Gabriel Murias. “Vino a Zarautz para hacer la obra del segundo al tercer túnel de la carretera hacia Getaria con otro gran constructor, Adolfo Sobrino. La empresa que fundó, Construcciones Murias, patrocina el equipo ciclista Murias Taldea, que ha sido la salvación del ciclismo vasco tras la desaparición de Euskaltel”, recordó. Asimismo, los gallegos han estado presentes en momentos históricos como la recuperación de la tamborrada de adultos o en la organización de las colonias de verano para niños zarauztarras en Galicia.
El libro recoge todas esas aportaciones en seis capítulos ordenados cronológicamente. El primero, se sitúa en el siglo XIII y cuenta la llegada a Zarautz del primer gallego: San Pelaio. “Tenemos un patrón gallego”, sonrió orgullosa Feijoo. El segundo capítulo relata algunas huellas de gallegos de entre finales del siglo XIX y principios del XX, hasta la Guerra Civil.
Espíritu de superación
El tercer apartado describe la llegada de los primeros emigrantes tras la postguerra, desde 1940 a 1955. “Los que llegan en esa época son principalmente comerciantes y artesanos y se asientan en el Casco Viejo: Benjamín Álvarez y Luz Gómez, Antonio Camba, Manolo Barreiros y Basi Rodríguez, José Iglesias el cuchillero?”, detalló Feijoo. Pero la afluencia más masiva tuvo lugar entre mediados de los 50 y los 70 y el cuarto capítulo recoge ese proceso migratorio convirtiéndose en el “momento más íntimo” de la obra, donde los personajes hablan de sus sentimientos: “Abarca temáticas como cómo se toma la decisión de emigrar, por qué se elige el destino, cómo se las apaña uno para sobrevivir y adaptarse al destino, cómo lleva la morriña, la importancia que tuvo la solidaridad?”.
“Fue una generación con un enorme espíritu de sacrificio y lo más importante para ellos era que sus hijos creciésemos en un entorno mejor”, señaló. El quinto capítulo narra la fundación de Carballeira y el último, explica cómo se montó el Día de Galicia. Todo ello regado de un montón de anécdotas. El libro ha sido redactado con enfoque de superación, tal y como describía Castelao a los gallegos y como se identifica su autora. La escritora también recordó a alguno de los entrevistados y con especial cariño a la vecina Basi Rodríguez, de 86 años: “Me ha ayudado a entender cómo era la vida en el Zarautz de los años 50 y también el orgullo que tienen los gallegos de sus raíces y la dignidad que hay en el saber adaptarse, conservándolas? Me quedo con una frases: Nadie nos ha regalado nada, los vascos nos han acogido muy bien, pero hemos trabajado muchísimo”.
Para culminar, citó un verso del poeta indígena guatemalteco Humberto Akabal para describir lo que le ha supuesto hacer esta obra: “De vez en cuando camino al revés: es mi modo de recordar. Si sólo caminara hacia adelante, te podría contar cómo es el olvido”. Así, subrayó que “este caminar hacia atrás” le ha llevado al 2 de marzo (lunes), cumpleaños de su padre, fallecido el 6 de noviembre de 2013: “Hoy hubiese cumplido 70 años. Para mi, hacer este libro y presentarlo hoy, es el mejor homenaje”.
El libro se puede leer gratis en Internet: orballoa.pressbooks.com (euskera) y orballo.pressbooks.com (castellano).