bergara - Alguien que asegura disfrutar mucho con lo que hace ya da suficientes pistas de la pasión que desborda por su profesión. Irene Zenitagoia lo deja claro en esta entrevista. Esta bergararra conoce como la palma de su mano el lenguaje floral. Juega con sus sensaciones. Crea, hace arte, en definitiva. Atravesar la puerta de su establecimiento, enclavado en el número 1 de la calle Matxiategi, es un placer para los sentidos. El colorido de las flores, hojas y plantas se conjuga a la perfección con la diversidad de sus formas, superficies, texturas, volúmenes e iluminación.
¿Cómo se siente a las puertas de recibir uno de los ‘10 bitxiak’ que reconocen la labor del comercio guipuzcoano?
-Estoy muy contenta. Es un premio al trabajo realizado, a la constancia y continuas innovaciones. Y, a su vez, es un reconocimiento al mundo de la flor, un modo de darle un impulso a este sector.
¿Qué supone el haber sido elegida por los propios comerciantes? (la presentación de la candidatura es optativa y se escoge un comercio, en esta edición dentro del sector del hogar y cultura, por comarca).
-Para mí supone un gran valor añadido. Les estoy muy agradecida. Además, teniendo en cuenta que el tiempo hoy en día escasea, hay que valorar que hayan dedicado un rato a rellenar el formulario para dar el voto.
¿Cómo comenzó a ‘coquetear’ con las flores?
-Empecé en este negocio hace 14 años. Pero me apasionan desde la infancia. Desde aquellos días en los que mi abuela me puso una pequeña huerta con cuatro flores. Fue la primera semilla que cultivó mi pasión por el mundo de la flor. Después, mi continuo ir y venir de los países europeos y catalanes me ha aportado muchas ideas.
¿Cuáles son las tendencias actuales en la decoración floral?
-Hoy se valora mucho la materia orgánica, eso quiere decir que se está trabajando mucho con materiales naturales, que dan aspecto nórdico: maderas nobles, muy blancas... Se trata de una forma de trabajar con la naturaleza integrándola en la decoración. Cada estación recurrimos a un tipo de flor y, por ejemplo, en esta época del año utilizamos muchos troncos de madera, piñas, velas, vallas... que dan esa idea de otoño e invierno.
Se recicla constantemente...
-Hay que estar al día de las tendencias y modas, y tener en cuenta al público con el que nos movemos. Tengo verdadera pasión por lo que hago. Disfruto mucho con ello.
¿En qué está especializada?
-Lo mío son los grandes eventos (por ejemplo, las bodas), showroom y escaparatismo.
El día de Todos los Santos, San Valentín, el Día de la Madre... son fechas claves para su actividad. Por lo general, ¿se compran flores?
-Existe un abanico extenso de precios y posibilidades, jugamos mucho con las flores y plantas, y las sensaciones que transmiten. Ya no se consideran tanto un artículo de lujo. En cualquier caso, hay fechas de más movimiento. Navidad es una campaña importante, la gente está saturada de muchos artículos, y una planta o una flor siempre desatan una sonrisa. En San Valentín se ve que cada vez hay un mayor número de clientes... Mención aparte merece la jardinería en los balcones. Existe una mayor tendencia, incluyendo Bergara, a que estos estén también arreglados en invierno. Una imagen de la vivienda cuidada es el reflejo de la personalidad de quien la habita. Entre la gente joven cada vez se cuida más la estética.
Las bodas son una capítulo aparte. ¿Cómo aborda el proceso para crear un ramo de novia?
-El ramo tiene que transmitir cómo es la novia, tiene que ir acorde con ella. Vemos su estilo, el vestido que va a llevar puesto, el entorno en el que se va a celebrar la boda... Luego están las modas. Hoy en día se llevan mucho las flores redondas, están dominando los colores pastel, los blancos, los rosas pálidos, así como las rosas bastante abiertas. Ramos muy románticos, sobre todo vintage.
¿Cómo les ha afectado la crisis?
-La subida del IVA del 21% no nos ayudó, sin duda. La bajada al 10% que entrará en vigor el 1 de enero de 2015 abaratará los precios en el sector y nos va a dar más posibilidades.
Las flores, un lenguaje para transmitir sentimientos. ¿Con cuál se queda?
-Con la rosa blanca, por su redondez, que es círculo de la vida. El blanco es transparencia y yo valoro mucho a las personas muy transparentes, que sean naturales. La rosa, es una flor que marca mucho la elegancia y la sencillez por el color que tiene.
Estaba echando un vistazo a las fotos (colgadas junto al mostrador), veo que es una aficionada al mundo del motor...
-(Sonríe). Sí, al de dos y cuatro ruedas, y a las goitibeheras; soy la directora de la Federación (Euskal Herriko Inertzia Kirolen Federazioa).
Su txoko guipuzcoano favorito. Me inspira mucho Urbia y Aizkorri. Por la luz, las dimensiones, la altura, la sensación de libertad, el silencio..., hay paz.