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La sonrisa más grande y sabrosa de Euskal Herria

Los ordiziarras hacen una boca gigante con bollos, para celebrar el Día Mundial del Pan

La sonrisa más grande y sabrosa de Euskal Herria

ordizia - No hay nada más bonito que una sonrisa y el centro D’elikatuz de Ordizia dibujó ayer una de tamaño colosal para celebrar el Día Mundial del Pan y reivindicar que este alimento es fuente de salud y, por lo tanto, de sonrisas.

Para crear las sonrisa más grande de Euskal Herria se utilizó, como no podía ser de otra forma, pan. Los cientos de bollitos de la panadería Goiagi de Ordizia se repartieron después entre los congregados. El acto contó con la colaboración de la asociación de padres de niños enfermos de cáncer (Aspanogi), que de sonrisas saben un rato. Nadie conoce mejor que ellos el efecto terapéutico de una sonrisa.

Leire Arandia, responsable del centro de la alimentación y la gastronomía D’elikatuz, explicó que decidieron celebrar el Día Mundial del Pan y para ello se pusieron en contacto con los de Goiagi. “Anteriormente también habíamos trabajado con ellos. Montamos una exposición con esculturas hechas con pan. Esta vez también queríamos hacer algo llamativo para hacer llegar a la gente que comer pan es muy saludable y se nos ocurrió formar una sonrisa gigante con cientos de bollos. No en vano, la alimentación saludable proporciona bienestar y, por lo tanto, ayuda a sonreír”.

Mari Carmen Goiburu, de la panadería que proporcionó el millar de bollos que se utilizaron para formar la sonrisa, es de la misma opinión. “Nos alegra que D’elikatuz haya decidido celebrar este día y lance el mensaje de que el pan debe formar parte de la dieta diaria. Durante años ha tenido mala fama, pero ahora todo el mundo reconoce que es la base de una buena alimentación”.

Ayer quedó claro que, en Ordizia por lo menos, este alimento cuenta con muchos adeptos. Gente de todas las edades colaboró con la iniciativa poniendo un bollito sobre la sonrisa que habían dibujado en el suelo. Los más activos fueron los niños, que animaban a la gente a colaborar: estaban deseando acabar con el trabajo para empezar a comer los panecillos.

Markel Leunda, por ejemplo, dijo que le encanta el bocadillo de chorizo. “También acompaño la comida con pan y me gusta mojar pan en las salsas”. Goiburu añadió que es lo natural. “A todos nos gusta el pan. Si a un niño le das un trozo de pan, le haces feliz. Afortunadamente, la bollería industrial está perdiendo terreno. Si tuvo éxito, fue más por culpa de los padres que de los niños”.

Debe ser verdad. No hay más que ver con qué cara de felicidad comieron ayer todos los panecillos y qué sonrientes volvieron a casa.