donostia - Donostia inauguró ayer el nuevo colector de Santa Catalina que conducirá las aguas residuales de gran parte de la ciudad hasta la planta Edar de Loiola, donde se depuran antes de ser vertidas al mar. En el último año se ha construido algo más de un kilómetro de una gran tubería de 1,5 metros de diámetro que discurre en paralelo al Urumea, desde la calle Azpeitia de Amara hasta el comienzo del paseo de los Fueros, donde se ubica la estación de bombeo de Santa Catalina. Se completa así la renovación del colector principal de la red de saneamiento de la ciudad, ya que enlaza con el tramo construido en 1999 para hacer llegar las aguas hasta la estación de Loiola.

Igual que entonces, también ahora se ha contado con fondos europeos para cofinanciar una obra con un coste total de 3,43 millones de euros. Se han hecho cargo de los trabajos la Agencia Vasca del Agua Ura (75%), dependiente del Gobierno Vasco, y Aguas del Añarbe (25%).

En la inauguración del nuevo colector los responsables institucionales subrayaron que la técnica de hinca aplicada para ejecutar la obra ha evitado tener que abrir una gran zanja a lo largo del paseo de los Fueros, Árbol de Gernika y paseo de Bizkaia, con las consecuencias que eso habría tenido para los ciudadanos. Además, se ha evitado tener que talar 350 árboles. En lugar de abrir una zanja, se abrieron cuatro pozos y fue una máquina perforadora especial la que abrió el camino para ir colocando la tubería: en total se han unido 440 piezas, cada una de más de seis toneladas.

El gerente de Aguas del Añarbe, Enrique Noain, destacó que gracias a esta tecnología los efectos de las obras para los viandantes han sido casi nulos. Añadió que solo se eliminaron 31 árboles que ya se han repuesto y que tras las obras el paseo ha recuperado su aspecto habitual.

"Solo se ven las tapas de las alcantarillas, pero ha habido mucho trabajo detrás y, si no estuviera ese colector, lo notaríamos", añadió la consejera de Medio Ambiente, Ana Oregi.

Noain explicó que el nuevo colector evitará algunos de los problemas que provocaba la red de saneamiento actual. Por un lado, reducirá considerablemente el bombeo de aguas residuales de la estación de Santa Catalina, lo que disminuirá el consumo eléctrico. Además, al tener más capacidad, en caso de grandes lluvias transportará más agua y se reducirá el número de alivios al Urumea (se realizarán generalmente al mar por el aliviadero de Tximistarri y el emisario submarino). El nuevo colector permitirá, asimismo, mejorar el funcionamiento hidráulico de la red de saneamiento, tal y como destacó la concejala de Servicios Urbanos y presidenta de Aguas del Añarbe, Nora Galparsoro.

Galparsoro, Noain y Oregi destacaron que la obra ha sido complicada y que se ha conseguido mejorar la calidad de la red de saneamiento y reducir el consumo energético, con unas afecciones mínimas para el entorno y los ciudadanos.