El Ingeniero Técnico Industrial Víctor Barahona, eibarrés residente en Astigarraga, cuenta con una curiosa historia personal que podría resultar difícil de entender para buena parte de la ciudadanía. Tras más de 22 años trabajando en diferentes sectores de la industria (17 de ellos en el ámbito de las telecomunicaciones) ha decidido dar un giro a su vida para intentar abrirse camino en el mundo de la Permacultura; una realidad que conoció en el año 1986 pero a la que, por unas u otras razones, no ha podido dedicarse como le hubiera gustado hasta hace poco más de un año.

Según cuenta a este periódico, "la empresa de telefonía en la que trabajaba presentó un ERE el pasado año y en vez de preocuparme en buscar otro empleo en el mundo de la ingeniería vi la situación como una buena oportunidad para intentar impulsar el proyecto Permacultura Aralar que puse en marcha en el año 2008 tras adquirir un terreno de 1,5 hectáreas Azpiroz, cerca de Lekunberri".

Víctor Barahona define la Permacultura (agricultura permanente) como "el diseño consciente de los ecosistemas de producción agrícola con la diversidad, estabilidad y resiliencia (resistencia a los cambios abruptos) de los ecosistemas naturales". Para él, la Permacultura es "la integración armónica de las personas y el paisaje que presta sus alimentos, energía y otras necesidades de una manera sostenible".

Convencido de su futuro A sus 48 años, el eibartarra que protagoniza este reportaje se muestra convencido de las posibilidades reales de futuro de la Permacultura; una actividad "consagrada en otros países pero de la que apenas hay experiencias en el Estado español".

Barahona recuerda que la Permacultura nació "como un método de diseño para imitar espacios naturales, los ecosistemas, pero de manera que nos provean de alimentos y productos". Es, "algo así como diseñar una explotación buscando las sinergias que se dan en la naturaleza".

Convencido de que la Permacultura tiene futuro, este eibartarra no ha dudado en aplicar sus conocimientos en el ámbito de la tecnología a su nueva actividad. Para él "todo está muy unido". Así, ha preparado un par de impresoras 3D con las que ha elaborado diversas piezas que aplica a su finca de Permacultura; entre ellas "unas turbinas eléctricas para generar energía eléctrica con un pequeño salto de agua".

De hecho, él mismo ha realizado toda la obra hidráulica para el riego de su parcela. Para ello, apenas ha destinado recursos económicos "porque he hecho prácticamente todo con herramientas de uso manual, como se hacía antes".

En su terreno de Azpiroz practica el policultivo. Tiene "frutales y una huerta para producir diversos productos a pequeña escala" y este año pretende "introducir cereales". Para Víctor Barahona, la permacultura "además de permitir realizar un buen diseño, puede ser rentable". Quien desee conocer mejor su proyecto puede visitar la web permaculturaaralar.com