Tolosa. ¿Qué se puede encontrar el visitante en la exposición que se puede visitar en el Palacio Aranburu de Tolosa?

Expongo 47 cuadros, algunos son de mis inicios y otros más recientes. Es una recopilación de trabajos que he hecho durante los cerca de 20 años que llevo pintando. En la muestra se ve claramente la evolución que he tenido como pintora: antes me era más perfeccionista y estaba a todos los detalles. Ahora pinto más suelto, más rápido, tiendo más al impresionismo.

¿Cómo definiría sus cuadros?

Yo no pinto basándome en una técnica concreta, ni porque soy buena, sino porque mis cuadros transmiten mis sentimientos. Es lo que he tratado de hacer siempre.

Pinta muchos paisajes...

Me gustan mucho y gran parte de mis trabajos son paisajes, pero también hago otro tipo de trabajos. Por ejemplo, por encargo también pinto retratos y he recibido buenos comentarios. He hecho hasta cuadros abstractos bajo pedido, aunque yo por el momento no estoy en esa línea. Sin embargo, los encargos concretos hacen que te atrevas a hacer cosas que quizá por ti misma no harías.

¿Cómo empezó a pintar cuadros?

De niña ya tenía inquietudes, pero había que ir a trabajar y no había tiempo para el arte. Cuando me quedé viuda tenía más tiempo libre y me apunté en el curso de pintura de la casa de cultura. Aún sigo yendo, porque siempre estoy aprendiendo. He tenido diferentes profesores, como el difunto Iñaki Epelde, José Luis Longarón o Leire Martínez.

¿Qué recuerdo guarda de Iñaki Epelde?

Tengo muy buenos recuerdos y era muy buen profesor. Recuerdo, además, que me apunté al curso de pintura y al poco tiempo dejé de ir porque pensaba que no valía. Un día él me vio en la calle, me paró, y me dijo que tenía que volver. Siempre nos decía que él nos enseñaría a andar en bicicleta, pero que luego éramos nosotros quienes teníamos que andar. Ahora también estoy encantada con José Luis Longarón y Leire Martínez.

¿Por qué pinta al óleo?

Me gusta mucho porque tiene vida. También utilizo mucho el color, pero sin analizar cuál utilizo o por qué, sino el color que me sale. A veces cojo fotografías en blanco y negro y hago cuadros en color. El color lo pongo yo, está en mi mente, y por eso digo que hablo de sentimientos.

¿Ha realizado más exposiciones?

Sí, he hecho bastantes. En el Palacio Aranburu expuse hace diez años y en la comarca he hecho varias exposiciones. Yo no he salido fuera de Gipuzkoa, pero mis cuadros sí, porque gente nacida en Tolosa, que vive en América y en Inglaterra ha recibido cuadros míos de Tolosa, porque se los han regalado. Me gusta mucho pintar Tolosa, porque creo que tiene muchos rincones bonitos.

También vende sus cuadros. ¿Hay alguno del que no se quiere deshacer?

Casi todos los cuadros que tengo en la exposición están a la venta. Hay algunos que tienen un valor especial para mí y no los vendo. Hay dos cuadros de mis comienzos, que me parecen preciosos y no van a salir de casa. Aún así, cuando estás haciendo un cuadro lo haces por el placer de hacer, no por venderlos.

¿Cuánto tiempo le cuesta hacer un cuadro?

Antes me costaba mucho, porque estaba muy limitada. Ahora soy libre y no me importa nada si lo estropeo. Tengo un cuadro que está hecho en tres días y me parece maravilloso. Es un paisaje del mar furioso. Es una fantasía mía y saco algo que hay dentro de mí. Pero reconozco que es algo muy personal porque hay cuadros que a mis hijos les encantan a mí no me dicen tanto. Hay otros que tienen mucho trabajo, pero no expresan tanto.

¿Qué le aporta la pintura?

La pintura me lo da todo, me sirve para desahogarme. El rato que estoy pintando me olvido de todo. Pinto en la casa de cultura, pero en casa a veces cojo un papel o un cartón y empiezo a pintar. La verdad es que siempre me han gustado las artes, desde pequeña. La música también me ha atraído y me hubiese gustado tocar el piano.