Donostia. Los operarios terminaron ayer de instalar la escalera metálica en la vaguada de Txirrita, justo al lado de las obras de edificación de viviendas que se están llevando a cabo en la zona. Este acceso vertical pretende salvar el cierre de dos viales peatonales cortados. Una solución provisional, según aseguraron desde el Ayuntamiento, pero que sin embargo mantiene a los vecinos preocupados, ya que temen que la escalera se mantenga de forma definitiva, en lugar de restituir un acceso rodado como el que había antes de que comenzaran las citadas obras.
Concretamente, la anulación de los caminos -la calzada de San Ignacio y la cuesta del colegio- obligaba a numerosos vecinos a dar un rodeo de un kilómetro para recorrer un trayecto que antes era de 100 metros.
Estas molestias provocaron que decenas de vecinos salieran a protestar la semana pasada y se concentraran en la carretera de Bertsolari Txirrita, a la altura del número 38. Con esta protesta querían manifestar su "hartazgo" y "decepción" al Ayuntamiento, al que acusan de ofrecerles buenas palabras, pero no actuar para solucionar un problema de movilidad que afecta a todo el barrio desde principios de septiembre.
Los vecinos insisten en que temen que la escalera provisional se convierta en definitiva, algo que rechazan de plano. "Si algo que duele más que las tropelías es quién las comete y a gran parte de los vecinos afectados nos duele que esto viene de quienes nos apoyaban, nos jaleaban y alentaban para no dejarnos pisotear nuestros derechos", señalaba la asociación de vecinos de Larratxo, Osteguna.