DESDE ayer, Hondarribia se encuentra inmersa en sus fiestas patronales en honor a la Virgen de Guadalupe, patrona de la ciudad. Desde media mañana, pero especialmente a partir de media tarde y por la noche, los hondarribiarras se pusieron el traje festivo y no se lo quitarán hasta el próximo miércoles, aunque el momento álgido será, sin duda, el de los alardes de mañana y el cumplimiento del voto a la patrona por su ayuda durante el asedio que la ciudad sufrió en el verano del año 1638.

En la primera jornada, durante el día, los protagonistas fueron los niños y jóvenes. A las 11.00 horas se lanzó desde el ayuntamiento el txupinazo infantil, acompañado de la suelta de globos y el lanzamiento de confeti. Un acto que no hace demasiados años que se lleva a cabo pero que va adquiriendo fuerza y es apreciado por los más pequeños y también por sus padres.

Entre ellos estaba ayer Jone Mitxeo, de 43 años, acompañando a su hijo de nueve años y a su pequeña de seis. "La verdad es que esto del txupinazo y el encierro ha sido todo un acierto. Los niños se lo pasan muy bien, se juntan con los amigos de la ikastola a los que no han visto casi en todo el verano y se divierten mucho", destacaba esta hondarribiarra, dispuesta a vivir con intensidad las fiestas estos días, "especialmente con los niños".

"No son muchas las actividades que tienen dentro del programa de fiestas y además, con esta edad, se las saben todas. Nos tocará acompañarles aquí y allá durante los próximos días", decía Jone Mitxeo, rodeada por cientos de padres y niños en la calle Mayor.

fiesta en el agua, por la tarde

Bikingo Marea

La jornada del 6 de septiembre viene a ser, por tradición, el día de las cenas de cuadrillas en Hondarribia. Los grupos de amigos se juntan en bares, restaurantes, txokos, sociedades y domicilios para celebrar el inicio de las fiestas.

En paralelo a lo que es casi un ritual para muchos, en los últimos años se vienen llevando a cabo distintas actividades. Una de las más destacadas es la que organizan las cuadrillas más jóvenes, la Bikingo Marea, un acto similar al abordaje pirata donostiarra.

Ayer, pasados pocos minutos de las 16.30 horas, decenas de jóvenes partieron de Kai Zaharra hacia el Puntal, embarcados en sus botes, fabricados y diseñados con todo tipo de materiales reciclables. Desde tierra y en el agua, dotaciones de DYA y Cruz Roja velaron por la seguridad de los participantes, que se lo pasaron en grande con esta actividad, organizada por Hondarribiko Gazte Asanblada-Mugiri Kultur Elkartea.

Unos de sus representantes, Xabier Bengoetxea, recordaba que la Bikingo Marea surgió "hace dos años, como una actividad paralela impulsada por las cuadrillas, para hacer unas fiestas más participativas".

El objetivo de la Bikingo Marea, resumía Bengoetxea es "que los jóvenes participen de forma más activa y que socialicen entre ellos".

Ya por la noche, todos, jóvenes y mayores, fueron a cenar e hicieron hueco, muchos de ellos, para ver la carroza de las 20 cantineras del Alarde tradicional, que recorrió las principales calles de Hondarribia.

Debido a la incesante lluvia, el acto fue oficialmente suspendido pero las propias jóvenes decidieron subirse a la carroza a las 22.30 horas en punto y hacer el recorrido, aunque fuera sin los sones del Titibiliti tocado por la Banda de Música.

víspera solemne

Salve y entrega del bastón

Hoy, segundo día de fiestas, es víspera de los alardes y se celebran algunos de los actos más solemnes de las fiestas. Por un lado, Juan Mari Bello recibirá la Insignia de Oro de la ciudad por su larga trayectoria de implicación en causas y eventos de carácter social, cultural y deportivo.

Por la tarde, se cantará la Salve en la parroquia y la Corporación bailará el Aurresku. Después, Patxi Goikoetxea, Burgomaestre del Alarde tradicional, recibirá su bastón de mando de dos mujeres hondarribiarras, Pilar Bello y Eider Izagirre.