zestoa. EL pasodoble Amparito Roca es parte fundamental de las fiestas de Natividad de Nuestra Señora, las fiestas de la Virgen de septiembre en Zestoa. La Banda de Música la toca a todas horas, sin parar. Amparito Roca, las novilladas y el balneario se han constituido, por mérito propio, en el santo y seña de la localidad, "una de las villas guipuzcoanas cuyo nombre se ha extendido mucho fuera del país, merced a la existencia del hermoso balneario en que se utilizan las condiciones terapéuticas de los manantiales de agua medicinal" como destacaba don Serapio Múgica en las postrimerías del siglo XIX que, además, apuntaba que "durante el verano hay estación telegráfica en el balneario, y en el pueblo hay estación telefónica permanente". ¡Casi nada para aquellos tiempos!
Allí ejerció de médico don Pío Baroja y escribió su primer libro, Vidas sombrías, sobre gentes de la comarca y sus propias experiencias como médico. Aquí en Zestoa, la Foruen Plaza se transforma por unos días en plaza de toros. Plaza de talanqueras, a la vieja usanza, donde se han lidiado toros desde allá por el siglo XVII.
ERDIKO KALEA
El pasodoble de la banda. Erdiko kalea es todo un espectáculo cuando la Banda de Música que dirige el tolosarra Kepa Martínez de Albeniz arranca con el pasodoble oficial de las fiestas, Amparito Roca, y sus notas van llenando de alegría las calles del pueblo. En este coso torearon Cocherito Chico, Manuel Rodríguez, los hermanos Joxemari y Txomin Rekondo, Sánchez Mejías o Herrerita, entre otros muchos. El 8 de septiembre de 1912 se lidiaron "cuatro escogidos novillos, tres de la ganadería Navarra y uno de Lastur, siendo capeados y banderilleados y uno de los navarros muerto a estoque por el valiente matador de novillos José Tuñón, actuando de sobresaliente José Sañudo (a) Carnicerito; banderilleros Gregorio Yangüas (a) Zapata y Pedro Bilbao (a) Bilbainito". Al día siguiente tendría lugar la segunda de las novilladas con los mismos toreros.
En las fiestas de este año se celebran dos novilladas, hoy y el domingo, con reses de la ganadería de Adolfo Rodríguez, de Oropesa, como va siendo habitual en los últimos años. Hoy, el matador será el peruano Joaquín Galdós, de la Escuela Taurina de Málaga, que viene precedido de fama de buen muletero. El domingo actuará el novillero Angel Sánchez, de la Escuela de El Juli, que ha pisado y toreado mucho hasta el momento por esas plazas de la piel de toro. La plaza de Zestoa, a través de años y años, se ha convertido en referencia importante del panorama taurino. Los novilleros que se encuentran a punto de dar el salto al escalafón de novilladas con caballos pasan, indefectiblemente, por Zestoa. El pasado año Sebastián Ritter, hoy matador de toros, cortó cuatro orejas a los santacolomas de Adolfo Rodríguez Montesinos, toda una gesta porque en esta plaza el ganado pide el DNI a los toreros, aquí no hay lugar para bromas. La fiesta de los toros no admite trampa ni cartón. Los santacolomas de Adolfo Rodríguez descansan en los chiqueros de la plaza. La suerte está echada.
Serán, pues, dos tardes, como siempre, a pesar de los pesares, de las trabas, impedimentos y dificultades que se han esgrimido desde la municipalidad, como si se quisiera borrar de un plumazo parte de la historia de este pueblo navegando contra corriente tan mayoritaria. El pueblo lo expresó claramente en el sufragio promovido por el propio Ayuntamiento de Bildu el pasado año y así se hizo. El 64% de los zestoarras dijeron sí a la fiesta de los toros. Es decir, la abrumadora mayoría del pueblo no quiere romper la cadena de la historia. Los toros han estado presentes en Zestoa desde tiempo inmemorial y así quieren que continúe. El pueblo soberano lo expresó sin género de dudas. Y el pueblo, la gran mayoría de cestoneses y cestonesas, la gente taurina, recordará también, sin duda, al bueno de Bittor Oiartzabal Bittor harakina, azpeitiarra, taurino y asiduo a este pueblo, que falleció recientemente, hace unos meses. Seguro que, desde lo más alto, desde allá arriba, desde el cielo, Bittor oteará y disfrutará de la fiesta de los toros, de las novilladas de Zestoa. Goian Bego.