Donostia. El Ayuntamiento de Donostia autorizará la construcción de tres bloques residenciales, con un total de 63 viviendas de precio libre, dentro de los terrenos del colegio Marianistas, que forma parte del grupo escolar Summa Aldapeta, junto con los centros San Bartolomé y Villa Belén.
La Junta de Gobierno prevista para hoy en el Ayuntamiento contempla dar su aprobación inicial al Plan Especial de Marianistas que, según la nota enviada ayer por el Consistorio, "tiene como objetivo prioritario la remodelación y renovación completa de las instalaciones del colegio Marianistas".
La parcela de uso residencial tendrá 5.400 metros cuadrados. El objetivo de la recalificación es lograr fondos con los que financiar la remodelación proyectada de este colegio, según explica el Ayuntamiento. Además, se contempla otra edificación de 12.000 metros cuadrados, con plantas subterráneas.
Por su parte, el municipio de Donostia conseguirá en esta operación una parcela de 2.227 metros cuadrados, ubicada al final de la calle Amara, junto al parque de Basoerdi, donde se contempla crear una instalación polideportiva.
Los cambios previstos en el colegio de Marianistas se unen así a los emprendidos en los últimos años por el centro escolar de San Bartolomé, que abrió recientemente un moderno edificio, bautizado como Lestonnac. Como se recordará, el colegio de San Bartolomé y el Ayuntamiento llegaron a distintos acuerdos y, tras largos años de trámites, arrancaron las obra de rehabilitación del barrio de Amara Zaharra, cuyos nuevos edificios se están construyendo en la actualidad, aunque aún no hay ninguno habitado.
Los planes urbanísticos para este entorno contemplan crear más de 500 pisos en el interior de Amara Zaharra así como apartamentos para estudiantes en el antiguo colegio de monjas situado junto a la iglesia del cerro.
La reforma del llamado cerro de San Bartolomé comenzó a concebirse en 1988, y tras dos décadas y mucha incertidumbre por parte de los afectados, los trabajos arrancaron en 2010.
El plan de reforma de Amara Zaharra conllevó grandes fricciones entre los vecinos y el Ayuntamiento hasta que, poco a poco, y tras distintos pleitos y negociaciones, comenzaron los primeros derribos del viejo barrio hace tres años.
Las monjas de la Compañía de María se instalaron en el cerro de San Bartolomé en 1868 -la orden fue fundada por santa Juana de Lestonnac, en 1607- y, desde entonces, la congregación se ha dedicado a la educación.
Los planes que iniciaron la congregación y el Ayuntamiento a finales de los años 80 para transformar el barrio de Amara Zaharra fueron modificados por los tribunales que obligaron a reducir el espacio afectado por el plan urbanístico para no tocar elementos del patrimonio histórico, como el convento y la iglesia.
La reconstrucción del barrio, que se desarrolla en la actualidad, afecta al espacio comprendido entre las calles Amara y Aldapeta, por un lado, y el colegio Marianistas y la calle Easo, por otro: un total de 53.500 metros cuadrados. El conjunto, en el futuro, dispondrá de ascensores para conectar con la calle San Bartolomé y un elevado número de aparcamientos subterráneos.