Tras las bombas de crema
Casa Aramendia ha reabierto seis de las pastelerías que cerraron sus puertas tras la quiebra de rich
LAS bombas de crema de siempre, abanicos e inglesitos. Los donostiarras ya pueden volver a saborear algunos de los dulces que marcaron su infancia y que, hasta hace varios meses, seguían consumiendo de cuando en cuando.
A muchos de ellos les pilló por sorpresa el anuncio del cierre de las pastelerías Rich a finales de enero, una de las firmas más veteranas de la ciudad: llevaba funcionando desde 1924. La crisis pudo con esta empresa, que tuvo que cerrar los nueve locales que tenía repartidos por la ciudad.
Sin embargo, poco después los donostiarras recibieron otra noticia: la también veterana firma afincada en Errenteria Casa Aramendia reabrió seis de las pastelerías que habían cerrado. Desde el 1 de marzo, en todas ellas se ofrecen las frutas, milhojas y muses que caracterizan a Casa Aramendia pero, también, se han recuperado las tradicionales bombas, abanicos e inglesitos a los que los donostiarras estaban acostumbrados.
Javier Aramendia explica que la empresa familiar ha creado 20 puestos de trabajo en su incursión en Donostia. Concretamente, trabajan ya en las pastelerías de las calles Txurruka, Getaria, Urbieta, Miracruz, Matía y en la de la avenida de Madrid. En todas ellas combinan la pastelería tradicional con la moderna.
tradición familiar
Desde Sangüesa a Errenteria
"Surgió la oportunidad y se aprovechó", cuenta Aramendia. La tradición pastelera de esta familia se remonta a Sangüesa, donde trabajan desde 1898. En el año 2000 se afincaron en Errenteria y en estos años han fidelizado a buena parte de la población de la localidad. Ahora emprenden el salto a Donostia con seis nuevos establecimientos que, además, han implicado cambiar el modelo de gestión que tenían hasta ahora.
Además de los nuevos locales, Casa Aramendia también se ha lanzado a Internet, donde ofrece talleres para iniciar a los niños en la repostería y también un servicio de asesoramiento. "Hay que diversificar el negocio", cuenta Aramendia. De momento, se están dando a conocer en el Centro, El Antiguo, Gros y Amara. Y parece que los inglesitos y las bombas son un buen gancho para atraer a los donostiarras a sus nuevos establecimientos.
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