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Un polo de atracción a Hondarribia

al hilo del ere en marcha, diversos agentes opinan sobre lo que supone el parador de turismo para la ciudad

Un polo de atracción a HondarribiaX.S

EL Parador de Hondarribia, el que es seguramente el más distinguido y reconocido de los hoteles con los que cuenta la ciudad, ha sido noticia en estas últimas semanas y no por ningún evento o por haber alojado en sus habitaciones algún ilustre huésped.

La red de Paradores, de propiedad y gestión pública estatal, ha estado en la picota en las últimas semanas por el ERE que planteaba un importante número de despidos, más de 600 en el total de 94 establecimientos de la cadena. Un expediente que planteaba incluso el cierre de alguno de estos hoteles y que finalmente, se ha saldado con 350 despidos -quizá alguno en Hondarribia-y la reducción de los meses de apertura en algunos establecimientos, además de rebajas salariales para los empleados.

Los sindicatos ven, en todo este proceso, una puerta abierta a una futura privatización de la red. ¿Pero qué supone tener un parador para una ciudad como Hondarribia?¿En qué posición está el conocido como castillo o palacio de Carlos V en cuanto a rentabilidad y nivel de ocupación, dentro de la red de Paradores?

Entre los agentes sociales y económicos de Hondarribia, el hecho de que la ciudad cuente con un parador es algo muy apreciado, por lo que supone a la hora de atraer turismo, más allá de los encantos propios y objetivos que tiene la ciudad como tal, en lo cultural, gastronómico o paisajístico.

"Para una ciudad como Hondarribia, tener un parador es un polo de atracción de visitantes, una puerta de entrada del turista internacional. En definitiva, una imagen de marca y un nombre de alcance mundial que, por sí sola, y como ciudad, Hondarribia no podría permitirse pagar y promocionar", explica Miguel Soto, presidente de la Asociación de Hostelería de Hondarribia.

producto de alta categoría

Hondarribia, inicio de ruta

"Hay que tener en cuenta que la red de Paradores es, en sí misma, un producto turístico de alta categoría. Hay muchísima gente que viene al Estado español a hacer su ruta de paradores y muchos de ellos, sobre todo quienes desde el resto de continentes llegan a Europa vía París, empiezan su gira de parador en parador aquí, en Hondarribia", destaca Miguel Soto.

"Hondarribia tiene sus encantos y atractivos turísticos propios, pero sería muy difícil vendérselos directamente a un turista de Japón, Israel, Estados Unidos... Tienen mucho y muy variado donde elegir y el Parador sí es un motivo diferencial para atraerlos. Incluso dentro del Estado español, además del prestigio en sí de estos hoteles, la gente asocia el hecho de que allí donde hay un parador, hay una ciudad o pueblo que lo acoge que ha de tener un mínimo de atractivos históricos y culturales. Eso es algo que no tiene precio y de lo que nos beneficiamos todos", explica el presidente de los hosteleros de Hondarribia.

En el caso de Miguel Soto, su propio negocio, el restaurante Sebastián, ubicado en la calle Mayor, a pocos metros del Parador de Hondarribia, es uno de los que se beneficia directamente de la presencia de este establecimiento hotelero y de una circunstancia propia del mismo, el hecho de que no sirven comidas ni cenas, al carecer de servicio de restaurante.

"El turista de parador, sobre todo el extranjero, está acostumbrado a reservar paquetes con media pensión o pensión completa. El no poder hacerlo así en el de Hondarribia es algo que en principio a muchos no les gusta", explica Soto.

"Pero luego, tienen la oportunidad de explorar y conocer la amplia variedad de la oferta gastronómica de la ciudad, desde los pintxos a los restaurantes de todo tipo. Acaban yéndose encantados de haber probado esa riqueza gastronómica y los establecimientos nos beneficiamos de lo que a priori sería una carencia del Parador de Hondarribia", señala el presidente de la asociación que agrupa a los hosteleros de la ciudad.

la visión del consistorio

Despidos no justificados

Desde el Ayuntamiento de Hondarribia, su alcalde, Aitor Kerejeta, señala a este periódico que "sin entrar a valorar cómo debe gestionar la red de Paradores sus relaciones laborales, sí tenemos que lamentar que en el caso de Hondarribia, que tiene una ocupación media de entre el 90 y el 95% al cabo del año, se plantee la posibilidad de despedir a trabajadores, porque no está justificado en ningún caso".

"El Parador de Hondarribia es uno de los que siempre han sido económicamente rentables. De hecho, es de los pocos que dan beneficios, y reducir su plantilla, además de no estar justificado, incidiría seguramente en la calidad del servicio que ofrece", lamenta el primer edil.

Sobre lo que supone para Hondarribia el que su nombre esté asociado a esta prestigiosa red de establecimientos, Aitor Kerejeta no tiene dudas: "El Parador es un atractivo más de la ciudad, en sí mismo. Y además, permite acercar a Hondarribia un perfil de cliente y turista envidiado, que sería muy apetecible para cualquier otra ciudad".