Errenteria. ¿Qué ha supuesto el nombramiento como Amigo de Número de la Real Sociedad Bascongada de Amigos del País?
Un gran honor teniendo en cuenta que esta es una institución que siempre me ha llamado la atención y siempre he tenido muy en cuenta por ser un proyecto del siglo XVIII con el espíritu de la ilustración. Xabier de Munibe, conde de Peñaflorida, tras estudiar en Toulouse (Francia) llegó a su Azkoitia natal y encontró una sociedad muy pueblerina, muy deprimida económica y culturalmente. Creó un grupo de tertulia en el que cultivaban las artes y las ciencias. Crearon también el Seminario de Vergara; un importante laboratorio y la primera escuela de oficios.
¿Cómo es el mecanismo para elegir a un nuevo miembro?
Alguien propone a la asamblea anual un nombre, se analizan sus méritos y se decide entre todos si se acepta o no; hasta el punto que en la presentación dije que yo no iba a entrar a valorar si lo merecía o no, pero que con la satisfacción que me produce lo iba a disfrutar a tope y que me serviría de acicate para trabajar más en el mundo de la pintura y las artes. La directora me contestó: "Xabier, tú no te preocupes, que las personas que se proponen se analizan con lupa y si estás aquí es porque eres meritorio".
¿Cuál va a ser su labor?
A lo que me obliga es a trabajar todo lo posible por la cultura vasca y por la cultura en general. A cambio, la Sociedad me da prestigio, amparo y proyección.
Continuando con la senda del trabajo, va a inaugurar una exposición.
El viernes (mañana) a las 19.00 se inaugura en Merkatuzar una exposición colectiva que obedece a una necesidad que veníamos planteando. Es una exposición de los tres artistas de Errenteria más profesionales o de mayor proyección y los tres hacemos arte figurativo o realista. A mí siempre me ha llamado la atención que utilizando el mismo lenguaje se puedan dar resultados tan diferentes. En este sentido, tiene un carácter didáctico.
¿Quiénes son los otros artistas?
Cristina Guerrero hace una obra muy fresca, muy espontánea, muy sensual y tiene una técnica virtuosísima. Es un arte muy atractivo a todos los ojos. Esta chica ha sido discípula mía y a pesar de su juventud, tiene 32 años, tiene reconocimientos en Alemania, en España y en muchos sitios. Luego está Ángel Gómez Espinosa que hace una pintura más clásica, pero con una técnica virtuosísima y digna de admiración. Y bueno, en mi obra tengo una necesidad de contar una serie de historias para lo cual me apoyo en símbolos, por lo que se puede calificar de simbolista.
Ha expuesto en numerosas galerías. ¿Hay alguna que le haya marcado más?
Cada una en su momento supuso un hito importante, porque la presencia en estos lugares no es fácil. Estar en Nueva York, Londres o Alemania es importante. Pero el mercado español también es muy difícil. Entrar en una galería de cierto prestigio es muy complicado. Hay mucha demanda, y más en este momento en el que se están cerrando muchas galerías y hay muchos artistas que se están quedando huérfanos.
¿Cómo encara una muestra en su propio pueblo?
Es una satisfacción jugar en casa porque vas a tener aquí a tus amigos y familia y a todos los que te rodean, vecinos y gente del pueblo. Te paran por la calle para decirte que ya han visto tu exposición y eso cuando expones fuera no lo percibes. Hay mucha más interacción. Y es más fácil, porque si expones fuera te tienes que desplazar, tienes que mover la obra y todo es más complicado. Además es una sala muy bonita, muy grande y muy luminosa, aunque no es una sala propia para exposición de obras de arte, lamentablemente.
¿Considera que la villa es una buena cantera de artistas?
Errenteria siempre ha tenido un gran potencial creativo, desde la música hasta las artes plásticas. Pero es un mundo complicado. Hay gente con muchas ganas y mucha capacidad, pero no es fácil salir adelante. Hace falta tener muchas virtudes, no solo la de artista. Tienes que ser una persona tenaz, muy extrovertida o con don de gentes para poder vender tu producto.
Usted también trabaja esculturas.
Esos son pequeños escarceos. Si volviera a nacer y empezara la carrera, sería más escultor que pintor. La pintura es un trampantojo, tienes que dar la sensación de volumen; pero con la escultura se trabaja tridimensionalmente y tiene más carácter. Pero en su momento tuve que elegir y me decanté por la pintura, porque ser escultor es más difícil; hace falta un taller, herramientas y una gran inversión.