dICEN que la edad no solo se lleva en el cuerpo, sino también en el alma. Que hay jóvenes viejos de espíritu y personas mayores con más vitalidad que casi nadie. Y los eventos sociales y fiestas dan una medida de esto. Como es el caso de las fiestas de cualquier pueblo o ciudad. Por ejemplo, las de San Pedro y San Marcial de Irun.
Tras el inicio de fiestas del sábado y un domingo lleno de eventos, sobre todo deportivos, los más pequeños disfrutaban ayer de los juegos infantiles en Behobia y Puiana. Pero fue sobre todo el día de los mayores de Irun, que se reunieron, como cada año, a celebrar su comida popular en Ficoba.
Las 700 invitaciones gratuitas que el Ayuntamiento había preparado se agotaron rápidamente hace semanas, cuando se abrió el proceso de inscripción, que es gratuito y que da preferencia, cada año, a aquellas personas que no hubieran estado en la edición anterior.
Unos llegaron a Ficoba andando, otros en coche y algunos en el Tren Verde, dispuesto para la ocasión. Los mayores de Irun vestían sus mejores galas. Para comer, primero, y sobre todo para el baile de después, el verdadero plato fuerte de la jornada.
con muchas ganas
Disfrutando a tope
"Hemos comido muy bien y el ambiente es fenomenal, como cada año. Habrá que bailar un rato", decía Juan Cuadrado, de 72 años y veterano en la comida de Ficoba. "Venimos todos los años que podemos", decía su esposa, Patri Garciandía, que no confesó su edad ("mayor que la de él", apuntaba con coquetería) y estaba "con muchas ganas de bailar".
Para Antonio Manzano (de 71 años) y su esposa, Josefa Alonso (de 68) era "la primera vez", porque nunca se habían animado a ir, "hasta ahora", decían.
"La comida estaba rica y la gente está con ganas de divertirse. Habrá que bailar un poco para bajarlo todo", sentenciaba con buen humor Antonio Manzano.