CUANDO se quiere homenajear a alguien, lo normal es poner su nombre a una calle o un polideportivo. Pero en Beasain son mucho más originales y simpáticos que todo eso: le dedican un cabezudo. Tres vecinos ya tienen el suyo: el municipal Pedro Urretabizkaia Pitxu, el exfutbolista y carpintero Javier Galarreta y el músico Pello Irizar. Este año le han propuesto ser inmortalizada mediante un cabezudo a una mujer, pero no ha aceptado.
El primero que contó con un cabezudo, bastante más divertido y bonito que una figura de cera, fue Pedro Urretabizkaia. Cuenta que el cocinero del restaurante Frontón de Tolosa, el beasaindarra Roberto Ruiz, le sacó unas fotos y no le dijo para qué eran. "Roberto anda en todas las salsas, es amigo mío y no le puse ninguna pega. El primer viernes de fiestas todo el mundo me preguntaba a ver si lo había visto y yo no sabía qué era lo que tenía que ver. ¡Menuda sorpresa me llevé!".
Urretabizkaia se lo tomó muy bien: "Me gusta jugar con los niños del pueblo. Todos me conocen, por lo que cuando vieron el muñeco se alegraron mucho. Al ser el primero, los vecinos alucinaron. No es de extrañar, pues no es muy normal basarse en personas del propio pueblo a la hora de hacer los cabezudos".
Después se han hecho otros dos: el dedicado al carpintero Javier Galarreta y el del músico Pello Irizar. Son los beasaindarras que tienen el honor de contar con su propia figura los que eligen a quién se dedicará la siguiente.
Los tres elegidos hasta ahora han hecho méritos de sobra. Urretabizkaia no solo es conocido por ser municipal y llevarse bien con los niños: también es uno de los impulsores de la asociación de inmigrantes Bategite. Este colectivo pretende conseguir la integración de la gente venida de otros países y mostrar las culturas del mundo a los beasaindarras.
La localidad celebra estos días sus fiestas y el domingo pasado tuvo lugar el Afrikarren Eguna. Urretabizkaia está muy satisfecho con la respuesta obtenida. Explica que Bategite cuenta ya con 200 socios de 30 países distintos y recibe la ayuda del Ayuntamiento. Eso sí, necesitan un local urgentemente. "El mayor problema de los inmigrantes es la soledad. Ellos no tienen nuestras pautas de consumo, pues no cuentan con capacidad adquisitiva, y normalmente no acceden a las sociedades gastronómicas ni entran en los bares. Gracias al local contarían con un lugar donde reunirse".
A la espera de que llegue la ansiada sede, los miembros de Bategite seguirán organizando actividades. A finales de septiembre celebrarán una fiesta dedicada a Marruecos y en noviembre el Día del Arroz: cada inmigrante preparará este alimento tal y como es tradición en su pueblo y los beasaindarras podrán degustar estos platos.
Además, el 18 de noviembre se unirán a una iniciativa muy arraigada en Europa: las familias de Beasain acogerán en sus casas familias de inmigrantes. Los nacidos aquí y los venidos de otros lugares pasarán un día juntos. Por último, los miembros del colectivo van a aprender canciones y bailes vascos y los van a interpretar, vestidos con los trajes de sus países, allá donde se les llame.