Deba. La Diputación Foral de Gipuzkoa ha culminado el proceso iniciado hace una década con el objetivo de resolver la situación de las fincas y los caseríos de Punta Mendata, que fueron adquiridos en el año 1974 por Iberduero (actualmente Iberdrola) para construir una central nuclear en este enclave de Deba.
La fuerte presión social en contra de aquel proyecto hizo que la compañía hidroeléctrica acabara desistiendo de sus intenciones iniciales, aunque para entonces ya se había hecho con la propiedad de los terrenos: una superficie total de 2.168.854 metros cuadrados distribuidos en 38 fincas registrales.
Ante esa situación y con la central ya descartada, la Diputación de Gipuzkoa aprobó el 20 de noviembre de 1984 comprar a Iberduero las fincas de Punta Mendata, en las que continuaban viviendo sus antiguos dueños. La Diputación rubricó las escrituras de compraventa el 3 de mayo de 1985.
Tras varios años sin cambios, el Ayuntamiento de Deba y la Diputación del territorio iniciaron hacia el año 2001 una serie de conversaciones con el objetivo de dar a los dueños de los caseríos la posibilidad de volver a comprar las que fueron sus propiedades.
Sin embargo, no fue hasta julio de 2007 cuando la Corporación debarra, consciente de la precaria situación de los ocupantes de los caseríos Sakoneta, Arantza Goikoa, Uzkanga Goikoa y Uzkanga Azpikoa, aprobó por unanimidad "solicitar a la Diputación que agilizara el asunto para que la titularidad de esas casas pudiera retornar a las personas que las ocupan".
Tras interesarse por el tema, la Diputación pidió al Ayuntamiento que le remitiera un informe técnico y jurídico en el que se especificara la forma en la que se llevaría a cabo la división de las parcelas que, a posteriori, podrían ser adquiridas por los antiguos propietarios.
Deba aprobó el 4 de diciembre de 2008 encargar la realización de ese informe que, una vez elaborado, fue enviado a la Diputación para que estableciera en qué términos hacer las segregaciones.
Así, finalmente, la Diputación Foral de Gipuzkoa ya ha revendido los caseríos Uzkanga Azpikoa y Sakoneta a sus antiguos propietarios que, en 1974 y ante el riesgo inminente de ser objeto de una expropiación, no tuvieron más remedio que vender sus propiedades a Iberduero.
A la hora de formalizar el contrato de venta, que además de los caseríos incluye una hectárea de terreno, ha tenido un peso clave el hecho de que las citadas fincas se encuentran ubicadas en medio del Biotopo Protegido que discurre por la rasa mareal entre Deba y Zumaia.
De hecho, los propietarios de los caseríos Uzkanga Azpikoa y Sakoneta han adquirido el compromiso de no dejar sus explotaciones agrícolas y ganaderas en un plazo mínimo de diez años; de tal manera que su actividad pueda seguir contribuyendo al cuidado y al mantenimiento de un espacio natural de incalculable valor. Además, durante una década no podrán vender sus propiedades bajo ningún concepto.
NOTICIAS DE GIPUZKOA visitó el jueves a los vecinos de Uzkanga Azpikoa, que insistieron en agradecer "el trabajo y la ayuda de la Diputación y del anterior alcalde de Deba" en el largo proceso que ha acabado, para ellos, con la recuperación de la propiedad de su baserri.
A sus 83 años, Pakita Atorrasagasti no oculta su satisfacción por haber visto resuelta una situación que nunca hubiera deseado: "Cuando Iberduero vino a comprarnos el caserío vivíamos aquí el matrimonio y seis hijos y no sabíamos qué iba a pasar con nosotros".
Esta agradable mujer es consciente de que en aquel momento "o se vendía el caserío o lo expropiaban", aunque no guarda rencor a nadie: "Todos se portaron muy bien con nosotros y nos dejaron seguir viviendo en la casa".
Los otros caseríos Los caseríos Arantza Goikoa y Uzkanga Goikoa no han sido incluidos en este expediente de venta culminado por la Diputación , ya que la entidad territorial considera que tienen unas condiciones especiales y que no cumplen con los requisitos que justifiquen el cambio de titularidad.
En el caso de Uzkanga Goikoa, el grado de parentesco entre los antiguos dueños y los actuales ocupantes de la casa no encaja con los requisitos exigidos (tampoco tienen explotaciones ganaderas), mientras que Arantza Goikoa alberga cabezas de ganado pero no está habitado.