Urretxu. ¿Era buen estudiante?

Era bastante listo, pero también un poco txoriburu. No prestaba atención. Tenía mucha imaginación, pero las matemáticas y demás se me hacían muy aburridas. La ciencia, el orden, la lógica... nunca han sido mis fuertes. Siempre estoy buscando las llaves o el móvil.

¿Qué estudios hizo?

Hice primero de BUP en el instituto Joxe Mari Iparragirre de Urretxu y antes de empezar segundo la profesora Arantxa Artetxe me dijo "Bereziartua, ¿no pensarás matricularte?". "Pues no", le respondí, y me fui al colegio La Salle-Legazpi a estudiar Formación Profesional. Pero era muy mal estudiante. Me gustaba dibujar en los márgenes de los libros y cogí destreza. Tras dejar los estudios comencé a rotular furgonetas. Después fui a Donostia a pintar en la calle. También estuve en Galicia. Fui por la costa: me tiré dos o tres meses en el Camino, tirando para adelante con lo que sacaba con mis dibujos. Con las caricaturas empecé en Andalucía.

¿Qué hizo cuando volvió a casa?

Estaban buscando gente para una película de dibujos animados y me apunté. Me cogieron y aprendí mucho, porque teníamos que dibujar el mismo personaje (en distintas posturas) unas 200 veces al día. Así se ejercita mucho la mano. Aquella película era Ipar haizearen erronka.

¿En qué más ha trabajado?

También he impartido clases de dibujo a los niños, fui cronista del periódico Egin hasta que Garzón lo cerró, trabajé ocho años como periodista para la empresa Zum, he hecho carteles, he dibujado caricaturas... Recuerdo que una mujer musulmana me pidió que dibujara a su hijo y luego me dijo que el del dibujo no se parecía en nada a él. Qué le vamos a hacer...

Gajes del oficio.

Así es. Además, tengo que reconocer que en aquella época no era muy buen dibujante. Hay que meter muchas horas para conseguir hacer bien las cosas.

¿Ha aprendido por su cuenta?

Sí. A base de meter muchas horas. Hubo una época en la que los parados y los jóvenes de Urretxu y Zumarraga nos juntábamos en el parque Zelai Arizti y yo aprovechaba para dibujar. Ejercitarse es muy importante. Cuando alguien me dice que tengo un don, yo le contesto que el mejor don es meter horas.

¿Es capaz de dibujar a cualquiera?

Sí, pero hay gente que no hay por dónde pillar. A esos hay que mirarlos bien varias veces. Hay que ser buen observador. Y tener buena mano, claro. A veces piensas que hay que dibujarle ojos grandes y resulta que con pequeños queda mejor. No es fácil explicar qué es una caricatura y cómo hay que hacerla: se trata de encontrar la gracia a la cara de la gente. Algunos tienen una buena caricatura cuando están sonriendo, mientras que otros la tienen cuando están enfadados. Ahora estoy dibujando al actor Robert de Niro y a este hay que hay que ponerle con cara de enfado. Es entonces cuando es él.

¿La de caricaturista es una labor gratificante?

Disfruto mucho, aunque también me canso. Ver la cara que ponen los niños cuando un trabajo te sale bien es muy bonito. La verdad es que es un trabajo agradecido.

¿Se puede vivir de ello?

He estado en un congreso, en Girona, y he visto que hay gente que vive de esto. Trabajan en bodas, congresos, fiestas... Los organizadores les contratan y ellos dibujan mientras los demás toman tragos o bailan. Otros trabajan en lugares turísticos, hay quien recibe encargos por correo electrónico y dibuja en su propia casa... Yo creo que en este campo puedo encontrar un trabajo estable y en ello estoy. Hace poco estuve en Ermua, en una feria: de 11.00 a 23.00 horas no paré. También me han llamado de otros sitios. Por ejemplo, pronto voy a ir a Logroño. Considero que en los Txiki Park también tiene que haber trabajo y en invierno iré a Andalucía o a las Islas Canarias. Creo que se puede vivir de esto, pero tengo que venderme bien.

En los paseos marítimos de las localidades turísticas la competencia será muy grande.

En algunas playas nos juntamos quince personas, pero tengo confianza en mis posibilidades. Creo que hago bien mi trabajo. En Ermua estuve trabajando desde el viernes por la tarde hasta el domingo por la noche y no paré ni un instante. Eso es buena señal.

¿Qué otras aficiones tiene?

Mi otra afición es la música. Tengo una espina clavada. De niño estudié solfeo con Jostenka, pero lo único que conseguimos fue que se desesperara. Ya tenía paciencia el hombre... Si tuviera dinero me dedicaría a la música. Escucho de todo: Peter Gabriel, Hiru Truku, The Uski's, salsa cubana, música brasileña, rock, folk irlandés, musica africana... En la discoteca Tiffany's de Zumarraga era el rey de la pista. Bailaba más que nadie, sin ninguna vergüenza.