Azpeitia. La decisión de sacar a concurso la gestión y la explotación de un servicio de bar en el centro cultural Sanagustin adoptada el pasado día 3 de marzo por el Pleno de Azpeitia ha sacado a la luz las primeras desavenencias en torno al nuevo equipamiento, inaugurado el 11 de diciembre de 2010 con el objetivo de ofrecer a los grupos culturales "de la localidad y de fuera" la posibilidad de dar a conocer su actividad.

El acuerdo para licitar la gestión y la apertura de un bar en el nuevo recinto, ubicado en lo que fue la iglesia del viejo convento (el mismo edificio que alberga las dependencias de la casa consistorial) salió adelante con el apoyo de todos los grupos de la oposición (Ezker Abertzalea, EA y Aralar) y con el rechazo del PNV.

En vista de las divergencias constatadas, NOTICIAS DE GIPUZKOA ha querido conocer los argumentos que esgrimen las partes implicadas para defender sus respectivos posicionamientos, de tal manera que sea el lector el que saque sus propias conclusiones.

A favor Desde su inauguración, el centro cultural Sanagustin solo abre sus puertas cuando hay espectáculos o actividades programadas.

Esa circunstancia no resulta del agrado de la Mesa de la Cultura de Azpeitia que, consciente de las posibilidades existentes para convertir el equipamiento en un punto de encuentro de referencia permanente, planteó al Ayuntamiento la posibilidad de "dar un paso más" en la gestión del recinto "con una oferta integral" que permitiera complementar los servicios culturales con los propios de la hostelería.

La Mesa de la Cultura, formada por 25 asociaciones y agrupaciones locales, defiende la apertura de un bar en Sanagustin "porque supondría una nueva fuente de ingresos que posibilitaría la realización de un programa cultural más amplio".

Además, desde la citada entidad consideran que esa opción permitiría "reducir e incluso eliminar" los gastos que tiene el Consistorio con Sanagustin.

La Mesa de la Cultura justifica su propuesta en el funcionamiento de diferentes recintos de naturaleza similar "como los Kafe Antzokia de Bilbao, Durango, Bermeo, Elgeta, Ondarroa o Donostia".

Así las cosas, la Mesa planteó su idea a los representantes de los diferentes partidos políticos en una reunión de la Comisión de Cultura realizada el pasado 4 de noviembre.

Un mes más tarde (el 1 de diciembre), la entidad local sometió la idea planteada al Consistorio a la votación de sus miembros; obteniendo el apoyo de 22 colectivos, la abstención de otros dos y el rechazo de uno de ellos.

A partir de ahí, la Mesa de la Cultura realizó una propuesta formal al Ayuntamiento, que recibió el visto bueno de la Comisión de Cultura el pasado 9 de diciembre. Ese apoyo sirvió para iniciar la elaboración de las bases para sacar a concurso la gestión de Sanagustin; una convocatoria que salió adelante en la sesión plenaria del pasado día 3 de marzo.

Según el pliego de condiciones aprobado por el Pleno, la empresa que resulte adjudicataria del contrato para gestionar el centro cultural Sanagustin y el futuro servicio de bar asumirá todos los gastos (obras para acondicionar el espacio hostelero, luz, agua, programación cultural, plantilla).

Además, se contempla la firma de un convenio entre el Ayuntamiento y la empresa responsable de la gestión; de tal manera que la entidad municipal pueda realizar un seguimiento del equipamiento y garantizar la programación de las actividades que considere oportunas.

La Mesa de la Cultura ya ha mostrado su intención de presentar su candidatura al concurso público convocado para la ocasión.

En contra La Junta Municipal del PNV de Azpeitia no oculta su alegría por la preparación del recinto de Sanagustin para la realización de actos de tipo cultural y social.

Aún así, la formación jeltzale considera que la gestión del nuevo equipamiento debe estar en manos del Ayuntamiento.

A su entender, el Consistorio "no necesita intermediarios para trabajar y colaborar con las asociaciones culturales del pueblo", por lo que desde el PNV apuestan por gestionar el recinto "aprovechando los recursos humanos y técnicos del Ayuntamiento y con la ayuda de los colectivos culturales del municipio".

La formación jeltzale también considera que "no es conveniente" instalar un servicio de bar en el centro cultural "porque desvirtuaría las funciones y los objetivos" con los que nació el equipamiento.

En opinión del PNV, la apertura de un bar "no es compatible" con diversas actividades que se programarán en Sanagustin. En este sentido, desde la agrupación política se preguntan "¿cómo se actuará en aquellos actos que requieren silencio como conferencias, proyecciones de películas y diapositivas o actuaciones corales, musicales y de ballet?, ¿paralizará el bar su actividad en esos casos?".

Por otro lado, desde el PNV de Azpeitia recuerdan que la apertura de un bar en Sanagustin "no cumple la Ordenanza Municipal que impide la apertura de un establecimiento hostelero a menos de 25 metros de distancia de otro ya existente". En este sentido, la formación critica la modificación introducida en esa ordenanza para que no se aplique con los "edificios municipales".

Por último, la agrupación jeltzale muestra su preocupación y su rechazo a la idea de poner una cocina en el futuro bar de Sanagustin. Por ello, preguntan a los promotores de la iniciativa "si se han percatado de las consecuencias que podría tener esa actuación en el interior del edificio del Ayuntamiento".