"Fue complicado hacerme un hueco en un mundo tan cerrado como el del flamenco no siendo andaluz"
Confiesa que él ya es muy sureño. Hace diez años el tolosarra David Colomo hizo las maletas para dirigirse a Andalucía y convertirse en guitarrista flamenco. 'El pajarillo', que es como se hace llamar, ofrecerá mañana con su grupo todo su buen hacer en el Leidor de Tolosa
Tolosa. Actúa con su compañía La Guinda por primera vez en Tolosa, en casa. ¿Está nervioso?
Ir a tu casa a mostrar a la gente cómo te ganas la vida me hace muchísima ilusión, aunque por otro lado, no sé cómo puede responder la gente ante un espectáculo de flamenco. La gente estará viendo carteles y supongo que a algunos les provocará curiosidad conocer que trabajo está haciendo este guitarrista tolosarra.
¿Cree que se está difundiendo este arte en Euskal Herria?
Tolosa para mí siempre ha sido un pueblo muy especial en cuanto al arte y la gente tiene una sensibilidad cultural especial. Creo que el flamenco sí puede interesar, quizá no tanto como para profundizar sobre ello, porque es un mundo un poco lejano, pero en el País Vasco gustan los grupos como Kiko Veneno, Pata Negra o Mártires del Compás, que utilizan el flamenco.
¿Qué hace un tolosarra en un grupo de flamenco?
Tenía mucho interés en buscar mi forma de expresión y en Tolosa empecé con el grupo de percusión Mulambo. Estudié solfeo, segundo de coral y trompeta. Hubo un proceso, ya que bajaba al sur temporadas y luego volvía a Tolosa. Al principio no me interesaba en completo el flamenco, lo que me interesaba era la técnica de la guitarra para luego dirigirla hacia el blues... Pero a medida que iba viendo los espectáculos flamencos, las fiestas y cuando conocí a un joven guitarrista andaluz, me enganché.
¿Qué es el flamenco para usted?
Yo he estudiado Filosofía y las letras del flamenco son dichos populares y a Concha Medina, mi pareja y a quien llevo de cantaora, le gusta mucho utilizar textos de poetas. Te puede cantar un poema de Lorca o de Alberti por bulería. Las letras tienen mucho significado y enganchan. El flamenco es una manera de vida, y de golpe y porrazo te puede atrapar.
¿Fueron duros los comienzos en Andalucía?
Fue muy difícil. A principio viví en Sevilla y fue complicado hacerme un hueco en un mundo tan cerrado como el del flamenco no siendo andaluz y viniendo del Norte. Pero lo comprendo. Lo he conseguido con los años y a base de tocar bien la guitarra, claro. Ahora vivo en Granada, una ciudad muy cosmopolita, donde vive mucha gente extranjera y los andaluces que viven allí están muy acostumbrados, ya que el flamenco es patrimonio de la humanidad. Han visto que voy en serio y que no me pienso ir mañana y, además, he tenido la suerte de ir tocando cada vez en mejores sitios.
¿Cómo es su vida ahora?
Estoy contento porque dedicarte a lo que te gusta es un privilegio, pero mi día a día es duro, me estoy sacando la carrera en el conservatorio, ofrezco conciertos y tengo que mantener la técnica, es decir, que estudio más horas que un reloj. Vivo a caballo entre Granada, donde resido y trabajo, y Córdoba, donde estudio en el conservatorio.
¿Qué tipo de flamenco le gusta?
Me gusta el flamenco ortodoxo, los grupos más añejos como Kiko Veneno o Pata Negra. No sigo tanto a los grupos de ahora, aunque también hacen cosas interesantes. En las fiestas donde nos movemos para desarrollarme tocamos las soleá, las bulerías, los tangos... Eso es lo que me gusta, pero como vengo de donde vengo, tampoco me cierro a fusionarlo con otros estilos.
¿Cómo es el espectáculo que presentan mañana en Tolosa?
Hemos adaptado un poco el espectáculo Échaleguindas al público de Tolosa. Concha hará ciertas alusiones a la procedencia de los cantes para que el público lo pueda entender. Además, nos acompañará un guitarrista eléctrico muy bueno para hacer un fin de fiesta más fronterizo. Espero que guste y poco a poco se le vaya perdiendo la distancia al flamenco.
¿Volverá a Tolosa?
Pasan los años y mis amigos van siendo padres, y no conozco ningún niño... y mis padres también van hacia delante. Me apetece volverme una temporada, pero yo ya soy muy sureño. El Sur y el flamenco, el arraigo que tiene la guitarra en esta tierra y la forma de vida no la podría encontrar en otro lugar.