zarautz. Zarautz acogerá hoy su primer Sagardo Eguna, impulsado por la asociación de hosteleros Zurekin de la localidad, con el apoyo de la oficina de turismo. La asociación fue creada hace pocos meses y busca llevar las actividades a diferentes barrios de la villa costera. Por ello, el evento de esta jornada se desarrollará bajo el lema Herriko plazak bizirik (Las plazas de la localidad repletas de vida). Así, a partir de las 11.30 horas y hasta las 21.00 horas habrá trikitilaris, degustación de sidra y conciertos en Lege Zaharren enparantza, Musika plaza, la plaza Santuiturri de Aritzbatalde y en Sagasti de Azken Portu. Begoña Astiazaran será la encargada de realizar el primer txotx junto a las autoridades a las 12.00 horas. Le concederán ese honor para agradecerle su entrega, simpatía y amabilidad.
Hoy será homenajeada en el primer Sagardo Eguna que se celebrará en Zarautz. ¿Está nerviosa?
Más que estar nerviosa, lo que ocurre es que no me gusta ser el centro de atención. Prefiero pasar más desapercibida (risas). Y eso que toda la vida he trabajado de cara al público. También creo que igual hay gente que se merece ese homenaje más que yo. La verdad es que no me lo esperaba, pero agradezco mucho que se hayan acordado de mi. Me hace mucha ilusión. En el momento, improvisaré. ¡Al fin y al cabo es lo que he hecho siempre!.
Le rendirán homenaje por haber dedicado prácticamente toda su vida a la hostelería. ¿Recuerda cómo empezó en esta profesión?
Comencé con 17 años a trabajar en la bodega que abrieron mis padres en el barrio de San Pelaio. Tenía el mismo nombre que el actual, Telesforo. Luego abrí yo un asador en el mismo barrio, en el año 1980. Seguro que lo recordará mucha gente. El restaurante era muy pequeño, pero fuera tenía una parrilla grande. Trabajábamos muchísimo pero sobre todo en verano. En 1995 tiraron aquella casa y nos mudamos al actual restaurante ubicado en la parte trasera de la plaza Donibane, en pleno centro.
¿Fue grande el cambio?
Notamos que empezamos a trabajar más durante todo el año y además teníamos más espacio en el restaurante, con más mesas. Ese fue el mayor cambio. Por lo demás, la gente de Zarautz siempre nos ha respondido muy bien y tenemos clientes que han solido venir muy a menudo. Ahora también damos menús y acuden los vecinos durante toda la semana.
Habrá tenido miles de anécdotas y visitas de gente conocida...
Ha pasado alguna que otra cara conocida, pero yo siempre les he tratado como a uno más. Para mí todos los clientes son especiales y siempre he buscado que todos salgan satisfechos y contentos de mi restaurante. Eso es lo importante.
¿Qué es lo que más echará de menos de su trabajo?
El contacto directo con la gente. El compartir momentos con los clientes. Al final, te cuentan su vida, cómo les ha ido el día, la semana... se crea una relación muy bonita que echaré de menos. Hay gente a la que tengo mucho cariño.
Aunque la hostelería también implica mucho sacrificio...
Sí, pero a mí me ha apasionado siempre mi trabajo. Pienso que no puedes realizar una labor si no te aporta nada, te tiene que enriquecer. Aunque es verdad que nunca he tenido un día entero de libranza y antes, además, solo teníamos quince días de vacaciones y yo solía venir cuatro días antes para limpiar el restaurante y prepararlo todo para cuando abriéramos.
Sin embargo, a pesar de estar jubilada, ahora tiene una nueva profesión
(Risas). Se puede decir que sí. Tengo nueve nietos y estoy cuidando de ellos. Asimismo, suelo venir al restaurante a menudo, porque la verdad es que cuesta dejarlo del todo y quiero seguir ayudando. Quiero que los clientes se sigan sintiendo a gusto.
¿Qué le parece que se haya creado la asociación de hosteleros Zurekin en la villa?
Me parece muy bien, porque dará una buena oportunidad para organizar actividades conjuntas. Las que han organizado hasta ahora han tenido mucho éxito. Sobre todo, aunque la verdad es que en nuestro caso no nos podemos quejar, creo que es un gran apoyo en esta época de crisis, para trabajar unidos. Esperemos que en el Sagardo Eguna de hoy también haya buen ambiente y el tiempo nos acompañe. ¡Aunque haga frío, que no nos llueva!