Los desconcertantes cambios que ha sufrido en las últimas semanas la parada de taxis que ocupaba la última manzana de la avenida de la Libertad, frente al hotel de Londres, antes de iniciarse las obras de la plaza de Cervantes, han sorprendido incluso a los propios taxistas.

La última semana de junio se señalizó una nueva parada de taxis en la calle Easo, entre San Marcial y Arrasate. El mismo día en el que se trazaron sobre el asfalto las líneas de esta inesperada parada, fuentes de las compañías de taxis que operan en la ciudad expresaron su sorpresa ante esta iniciativa, de la que no habían tenido noticia y que tampoco acogieron con mucho entusiasmo, ya que se situaba demasiado cerca de la calle Moraza, y porque los accesos a la misma eran complicados por la cercanía de la zona en obras.

Sin embargo, la semana pasada esta estación desapareció literalmente, y en su lugar se creó una zona de aparcamiento para motos que continúa en la acera siguiente y que utilizan los motoristas, que ya no disponen del espacio provisional que existía en la avenida de la Libertad, entre la calle Loiola y Fuenterrabia, donde aparacaban hasta 150 vehículos. Precisamente en este punto de la Avenida se ha colocado la nueva parada de taxis, que podría mantenerse en este lugar hasta que se abran al tráfico las calles Andia y Miramar, todavía cerradas por las obras de Cervantes.

Después de tantos vaivenes, los propios taxistas se preguntan si verdaderamente les merece la pena acostumbrarse a la nueva ubicación. De hecho, en sus primeros días de funcionamiento, el movimiento de vehículos en el nuevo espacio de la Avenida ha sido escaso, porque pocos conocen su localización.

En el futuro, los taxistas confían en que la parada definitiva se situará frente al mercado de San Martin, en la calle Urbieta, donde dispondrían de buenas conexiones. El Ayuntamiento se plantea además cambiar el sentido de esta vía principal para distribuir los numerosos vehículos que acceden al Centro entre la ribera del río Urumea y esta calle.