Donostia. La empresa de capital municipal Polloe SA estudia la posibilidad de traspasar la mayor parte de los servicios funerarios que ofrece a una empresa privada. De este modo, la funeraria municipal evitaría continuar la pelea judicial iniciada por las empresas privadas del sector, a las que los tribunales han dado la razón hasta el momento, y favorecería el mantenimiento de los puestos de trabajo en peligro.

Recientemente, el Tribunal Superior de Justicia del País Vasco ha fallado que son anulables todos los servicios funerarios que presta Polloe SA, con excepción de los enterramientos y cremaciones en los cementerios, lo que ha llevado a los juristas municipales a aconsejar que la entidad de capital público deje de prestar estos servicios. Entre las actividades que debería abandonar se encuentra la gestión del tanatorio que posee en Zorroaga, la preparación y embalsamamiento de los cadáveres, el suministro de ataúdes y cajas para cenizas, así como el traslado de fallecidos, entre otras actividades. Esta situación implica que los puestos de trabajo de 19 personas se encuentran en el aire.

Hasta ahora, los responsables municipales se habían inclinado por trasladar estas actividades a la Fundación Zorroaga que, en el pasado, también se ocupó de los servicios funerarios en Donostia, aunque en la actualidad centra su función en la atención a las personas mayores en la residencia del mismo nombre. Sin embargo, según fuentes municipales, Zorroaga no tiene intención de ocuparse de los servicios funerarios ni de hacerse cargo de los 19 trabajadores que quedarían en la calle si se disuelve Polloe SA, tal y como está previsto.

Por este motivo, toma fuerza la opción de que los servicios funerarios que, según las empresas privadas les hacen la competencia, puedan ser traspasados a alguna de ellas. En tal caso, el Ayuntamiento debería convocar un concurso público para ceder la gestión de estas parcelas de negocio a la sociedad que ganase. Ésta, además, tendría que hacerse cargo de los empleados, según las intenciones municipales.

La empresa Polloe SA cuenta en la actualidad con personal administrativo, agentes para atender a las familias, especialistas en el tanatorio, chóferes y otros trabajadores en las oficinas, además de los enterradores, que seguirían en sus puestos.

Precios Además de la situación de los trabajadores, el Ayuntamiento de Donostia también se muestra preocupado por los precios de los servicios funerarios que, en la capital guipuzcoana, son más ajustados a causa de la existencia de una entidad de carácter municipal. Los responsables de Polloe han sostenido en los últimos tiempos que el paso de los distintos servicios funerarios a manos privadas no haría sino encarecer los precios.

El propio alcalde, Odón Elorza, manifestó recientemente que la sociedad anónima Polloe, creada en 2004 -y puesta en entredicho por las privadas- tenía como objetivo "dar un mejor servicio y más barato que las funerarias privadas". Sin embargo, las leyes están dado la razón a estas últimas, que acusan al Consistorio de ejercer una competencia ilegal en su terreno.

En la actualidad, el negocio funerario se encuentra en un proceso de cambio. Aunque los fallecimientos se incrementarán notablemente en los próximas décadas, más adelante se reducirán a causa de la curva demográfica. Además, las costumbres funerarias están variando y, por ejemplo, la cremación está comiendo terreno a los enterramientos.

Sin ir más lejos, más de la mitad de los fallecidos en Donostia en 2008 optaron por la cremación. Según un informe de Polloe SA, en 2006 las cremaciones llegaron al 40%, un índice que aumentó notablemente en años posteriores. La cifra se encuentra muy por encima de la media estatal, en la que el 25% de las familias optan por este método.