Donostia. De sólo escuchar su nombre pone los pelos de punta a los cientos de estudiantes que a diario acuden en vehículo propio al campus de la UPV. La OTA que se implantará en Benta Berri, Igara y Berio a partir de octubre es la asignatura más dura para los estudiantes de Empresariales, Arquitectura, Derecho, Psicología, Informática, Sociología, Química, Peritos... Muchos de ellos recurren al coche por comodidad, "para ganar tiempo". Otros, llegados desde pueblos del territorio, aseguran no tener más alternativas debido a los horarios de sus clases y hay quien asegura, incluso dentro de la ciudad, que le sale más barato conducir hasta el campus que tomar el autobús urbano, un medio de transporte que considera "muy caro".
Maider, una estudiante de Arquitectura de Elorrio, vive de alquiler en Donostia y considera "lamentable" que le hagan pagar la OTA cuando los lunes viene directa en coche desde Bizkaia a clase y aparca en la zona universitaria. Al igual que el viernes, jornada en la que acude en coche desde su piso de alquiler a clase para luego irse directa a casa". En su opinión, "poner OTA en la Uni es algo increíble. Algo que todavía estaba por ver".
De la misma opinión es Aitor, donostiarra de la Parte Vieja. Su caso es distinto. Estudia Empresariales y utiliza el coche principalmente en invierno -con buen tiempo, lo hace en ciclomotor- porque le resulta más barato que el autobús. Con la OTA, sistema al que aplica el calificativo de "vergonzoso", quizá le salga mejor tomar el autocar: cuatro viajes (ida y vuelta a la mañana y otro tanto a la tarde): 2.96 euros (0,74X4) con el bonobús ordinario. Sólo la OTA podría costarle entre dos y tres euros en la zona verde, la más blanda, con un plazo máximo de nueve horas que costarían 3,10 euros en su tramo entero.
malas combinaciones Distinto es el caso de Leire, que debe coger dos autobuses para llegar al campus desde Intxaurrondo. En las mismas condiciones (ida y vuelta a la mañana y a la tarde), le supondría 5,92 euros diarios. En su caso, le saldría mejor comprarse un bono mensual ilimitado de 36,40 euros -31,3 para jóvenes-. "El problema es otro. De tiempo. Me lleva una hora llegar a la Uni si voy en autobús. Tengo que coger el 29 ó el 8 primero y luego el 33 si paro en Gros y el 5 ó 25 si lo hago en el Boulevard. No me merece la pena ir a comer a casa", apunta.
Entre los partidarios de implantar el sistema de pago, principalmente vecinos de la zona, el caso concreto de los universitarios incluso chirría. "Bueno ahí... no sé", comenta Julián. Él y su esposa Txus viven en el paseo de Arriola, en Pakea, "a siete minutos a pie de Benta Berri". Ven "absolutamente lógico que se ponga la OTA en esta zona, como en otros puntos de la ciudad". Creen que "vendría muy bien para aligerar la zona de Benta Berri y los alrededores de la plaza Julio Caro Baroja, donde se encuentran "oficinas como las de Tráfico, el Registro de la Propiedad, etcétera. Un poco de rotación a las horas punta viene muy bien. Lo que no puede ser, no puede ser", señalan.
Pero la ampliación de la OTA se extiende mucho más allá. El malestar alcanza de lleno a cientos de trabajadores de las oficinas ubicadas en la zona de Benta Berri e Igara; también en los parques empresariales de Zuatzu y Miramon.
La mayoría de estos afectados ven "afán recaudatorio" en esta medida, como Aitor, residente en Hendaia: "Van a poner la OTA en todo cuando el problema está en tres calles. Quieren pasta o no conocen su ciudad. Una de dos". Su alternativa a la OTA: "Coger un autobús desde casa a la estación del Topo de Hendaia. Luego hacer transbordo en Amara y desde Lugaritz a El Antiguo, diez minutos a pie. Mínimo, una hora y media para ir, y otro tanto para volver. Eso, o pagar unos 60 euros al mes".
A Celestino González, que vive en Aiete y apenas usa el coche, la medida tampoco le gusta. Y menos a su hija, Sonia, que acaba de ser madre y ahora vive en Astigarraga. Hasta hace bien poco tenía el médico en Ondarreta. Ella y su familia acostumbran aún a venir a Benta Berri y El Antiguo, para lo que necesitarían coger dos autobuses. "Impensable" con la niña o al venir de compras: "Quieren cobrar sí o sí"