La actuación consiste en la demolición de la parte de rampa deteriorada y la hinca de carriles y tablestacado hasta la cota de 1,90 metros, con lo que se consigue que la rampa no se socave más debido a la pérdida de arena por la acción de los temporales.

El acceso, según el Ejecutivo, se ha mantenido en buen estado durante muchos años, pero tras últimos temporales se ha abierto un gran socavón en la zona de la rampa no reparada.

La estructura se ha ido debilitando desde la cimentación a una cota muy alta, socavando el muro de mampostería que la sostiene hasta su rotura.

Aunque el solado prácticamente no se ha visto afectado, ha quedado dañado el cuerpo de la rampa sobre el que se apoya éste, por lo que ha quedado en voladizo el acceso a la playa.

Al ser la rampa el único acceso rodado a la playa, el Ministerio de Medio Ambiente consideró que la emergencia con la que había que acometer estas obras era evidente para la seguridad pública y para garantizar el acceso del lugar, por el peligro que esta situación suponía para los usuarios.