A L igual que sucede en otros muchos municipios, en Zumarraga el ferrocarril pasa por el centro de la localidad y parte en dos el casco urbano. En la calle Iñigo de Loiola y en la trasera de Iparragirre, además, no está situado a la misma altura que las edificaciones. Así, hasta bien entrada la década de los 90, los dos lados de la vía estuvieron desaprovechados y se convirtieron en un nido de ratas y suciedad.
A mediados de la década pasada se cubrió ese tramo de la vía. La localidad de Urola Garaia sumó un nuevo espacio para el ocio y los vecinos de la zona ganaron en calidad de vida: el entorno pasó a ser más agradable para la vista, ya no tenían que dar un gran rodeo para pasar al otro lado de las vías y la cubierta amortiguaba el ruido de los trenes.
La conocida como trinchera de la Renfe es una de las obras más importantes que se ha hecho en Zumarraga y en ella se da cita a diario gente de todas las edades. A algunos les gusta pasear, a otros sentarse en los bancos y charlar, a los niños jugar en el parque infantil... Este céntrico enclave incluso acoge algunos puestos de la feria de Santa Lucía, las atracciones de feria de las fiestas de Santa Isabel y la carpa de la Feria de Abril. Los vecinos están encantados con el parque, pero todo es mejorable. Así, el zumarragarra Koldo Cadierno ha propuesto en la comisión de Urbanismo construir una cubierta que resguarde del sol y de la lluvia a los usuarios.
la propuesta
50 metros de largo y 5 de alto
Este vecino ha diseñado una instalación de 50 metros de largo, con forma de invernadero. Propone levantar la construcción en el extremo más cercano al colegio La Salle-Legazpi y calcula que aún quedarían unos 80 metros al aire libre hacia el lado de Eliz-Kale. En lo que respecta a la anchura, ocuparía toda la parte asfaltada y se anclaría en los jardines. Tendría una altura máxima de 5 metros y se construiría con vigas de madera laminada y placas de material translúcido.
Cadierno explica los motivos por los que ha diseñado esta instalación. Considera que al estar Zumarraga en una zona cuyas condiciones climatológicas "dificultan la celebración de actos sociales a la intemperie", el municipio debería "disponer ya de zonas cubiertas, aunque no forzosamente cerradas, para el disfrute de la ciudadanía. La búsqueda forzosa de refugio en bares y cafeterías sólo contribuye a la antieducación del consumo".
Recuerda que la trinchera cada vez es más utilizada por los vecinos y por el Ayuntamiento y que se alquilan carpas "con cierta asiduidad" para poder celebrar actos festivos y culturales. Añade que el desembolso en concepto de alquiler "no ha de ser nimio". Indica que presenta su propuesta "tras varios años recogiendo las inquietudes de la ciudadanía" y que la cubierta se amortizaría "en pocos años", daría cabida a actos "de toda índole" y contribuiría "a la plástica del parque". Cabe destacar que el tema despierta el interés del Ayuntamiento, tiene previsto cubrir otro de los espacios libres del municipio: la pista polideportiva del barrio de Izazpi.
A todo esto, ¿qué opinan los usuarios? El martes por la tarde hacía un tiempo estupendo y en la trinchera se podía ver a gente de todas las edades. Ibon Izagirre estaba junto a los juegos infantiles, con su hijo Markel. Vio con buenos ojos la propuesta. "Nos vendría muy bien, pues los días en los que llueve sólo podemos cobijarnos en el frontón de Urretxu o en los soportales. Los padres de niños pequeños ya estamos temblando ante la llegada del invierno". Izagirre vive en Urretxu y le gustaría que el Ayuntamiento de esa localidad también tomara nota. "Si les copian la idea, mejor", concluyó.
A unos pocos metros del joven urretxuarra, sentado en un banco, se encontraba el matrimonio formado por Agustín Palacios y Ángela Delgado. Viven en la calle San Gregorio, cerca de la trinchera, por lo que disfrutan del parque "casi todos los días en los que hace buen tiempo". No ven necesaria una cubierta, pues cuando llueve se quedan en casa y cuando luce el sol siempre se puede encontrar algo de sombra: "Si no es en un lado, en el otro".
Del parque Zelai Arizti no pueden decir lo mismo. "Es el que más nos gusta, pues es grande y siempre hay mucha gente. De todos modos, cuando hace sol, no hay quien pare en él", añaden.