Dicen que un caballo te permite volar sin alas y Xabier Zabaleta podría dar fe de ello. Lleva desde los cinco años montando a caballo y, a sus 35, asegura que no se imagina su vida sin estos animales. Mucho más que un deporte, ha conseguido hacer de su pasión su profesión y, en la actualidad, se dedica, precisamente, a enseñar a montar llevando así el Club Hípico de Goiherri junto a Eduardo Fuentes. Natural de Irun, Gipuzkoa, lo cierto es que lleva años siendo un bilbaino más, donde está instalado junto a su mujer, quien le apoya de manera incondicional en esta pasión que siente por los caballos.

“Comencé a los cinco años a montar a caballo y tuve clarísimo que me quería dedicar a esto. Siempre me ha apasionado y no me imagino el futuro sin los caballos”, dice con rotundidad en este reportaje. Su vida no se podría resumir de manera sencilla porque Xabier tiene una de esas historias de supervivencia y resiliencia a sus espaldas. Siendo todavía un joven adolescente decidió empezar a buscar su camino y con tan solo 15 años salió a buscar sus oportunidades.

Sus primeros pasos

Primero se instaló en Bilbao para después marcharse a Francia, y estuvo en ambos sitios cerca de un año. Finalmente, se instaló en Barcelona y allí convivió por cuatro largos años en los que comenzó, poco a poco, a dedicarse y a ganarse la vida con el mundo de la hípica. Hasta entonces, su lucha había sido sobrevivir.

Recuerda esos inicios como complicados, pero esenciales y vitales para definir su personalidad en la actualidad. De hecho, asegura que son esos baches los que le han hecho fuerte y con una personalidad decidida. Desde la humildad, también reconoce y agradece a todos sus familiares, su hermana y también a sus padres toda la ayuda incondicional que ha recibido siempre, aunque recuerda con especial mimo la entrega que recibió siendo joven de su abuelo. “Ya no está aquí, pero fue increíble todo lo que me ayudó en todo en general y con los caballos en particular”, se emociona diciendo.

No ha parado de crecer a nivel personal y profesional siempre, eso sí, montado a caballo, especialmente yendo a lomos de su caballo Gabber, con quien ha vivido y vive los momentos más especiales de su vida

Y, desde entonces, no ha parado de crecer a nivel personal y profesional siempre, eso sí, montado a caballo, especialmente yendo a lomos de su caballo Gabber, con quien ha vivido y vive los momentos más especiales de su vida. “Es un deporte que te da muchas cosas pero no hay que olvidar que nuestro deporte es con un animal; por eso, mi día a día y mi vida gira en torno al caballo, son animales y como es normal hay que cuidarlos y estar todo el día pendiente de ellos”, reconoce. 

Un deporte... poco convencional

Ciertamente, no es un deporte convencional. La hípica es una de las disciplinas más conocidas en el mundo de la equitación. Consiste en conducir a los caballos por los obstáculos de un recorrido numerado. Estos obstáculos están compuestos por distintas barras y sobrepasarlos con éxito implica no cometer ninguna falta a causa de derribo o rehuse, por lo que el entrenamiento implica que el caballo y el jinete se pasen horas y horas durante casi todos los días de la semana, para fusionarse como un equipo indestructible

Respecto a la equitación, Xabier Zabaleta asegura que es un deporte que aporta mucho a nivel personal. De hecho, está considerado como un deporte que genera confianza, autocontrol e incluso autoestima: montar a caballo implica una confianza plena y absoluta en el animal y confiar también en las propias capacidades del jinete, así como desarrollar las capacidades propias de autocontrol. “No me imagino el futuro sin estos animales”, dice Xabier Zabaleta. Por eso, si mira a su pasado, lleva toda la vida recorriéndolo con ellos y es así cómo se imagina su futuro.