Cada vez es más frecuente encontrar informaciones y noticias protagonizadas por montajes creados por inteligencia artificial con imágenes falsas apenas distinguibles de una fotografía original y que afectan especialmente a rostros famosos de diferentes ámbitos.
Este tipo de contenido prolifera especialmente en el mundo de la pornografía, del que varias famosas han sido víctimas, entre ellas algunas como Cristina Pedroche o Laura Escanes que han sufrido en sus carnes la práctica conocida como ‘deep fake’, y ahora ha sido Susanna Griso a la que le ha tocado el turno.
SUSANNA GRISO CONFIESA HABER SIDO VÍCTIMA DE UN MONTAJE CON IA
Durante la emisión de este miércoles del programa ‘Espejo Público’, Susanna Griso desveló haber sido víctima de este tipo de bulos, una confesión que venía al hilo del tema que estaba tratando ese momento el espacio televisivo, un caso de chantaje sexual que había tenido lugar en Almendralejo, en el que alrededor de unas 30 menores se habrían visto afectadas al ver sus rostros añadidos en unas imágenes de cuerpos desnudos que estaban circulando por la red.
Aprovechando el asunto del que estaban hablando en el plató, Griso quiso compartir su propia experiencia.
Marta Robles, una de las colaboradoras del programa, apuntaba sobre este caso que esta no es una práctica nueva, sino que “fotos ‘fake’ se llevan haciendo desde hace mucho tiempo, lo que pasa es que con la inteligencia artificial son más creíbles. Si no tenías fotografías desnuda, pasaban una tuya en bikini o la más desnuda que tuvieran y de ahí, cuando volvían a pinchar, linkaban directamente a páginas porno. Por tanto, es un cebo para la propia pornografía”, una intervención tras la que la presentadora reveló cómo ella se había visto afectada por una treta similar.
Susanna explicó que todo había ocurrido cuando asistió a la feria ARCO en Madrid.
“Yo llegué un día a ARCO con mis hijos y entro en una sala oscura donde se oían gemidos. Había mucha gente esperando y dije: 'Bueno, pues voy a ver qué es'. Yo, entre otras presentadoras. Aprovechaban los frames en los que tenemos la boca abierta para hacer lo que os podéis imaginar: una felación”, contaba ante la estupefacción de todos los presentes, y puntualizaba que había reaccionado de inmediato preguntando si los hechos eran denunciables, sin embargo, la respuesta que recibió no fue la esperada y se escudaron en el pretexto de que no lo era, puesto que era “arte”.