Hasta hace poco, Victoria Federica era la discreta de los hijos de la infanta Elena y de Jaime de Marichalar, porque todos los titulares los acaparaba, casi siempre para mal, Froilán. Pero últimamente las tornas han cambiado y si bien su hermano sigue haciendo de vez en cuando de las suyas, la que sale más en los medios es la mayor de los nietos del rey emérito.

Y lo hace por su faceta de influencer, con colaboraciones con marcas de prestigio en su cuenta de Instagram, en la que atesora 221.000 seguidores. Pero esa nueva forma de vida, más expuesta, no le gusta a nada a su madre y eso ha provocado un distanciamiento entre ambas. Según afirma La Razón, la infanta Elena quería para ella un perfil bajo en un momento en el que la familia real no pasa por su mejor momento en cuanto a imagen y no le gusta nada que su hija se haya centrado en el mundo de la moda, que tanto le recuerda a su exmarido.

Esas discrepancias han provocado un cambio drástico en las relaciones familiares: Victoria Federica y su madre no se hablan a día de hoy, y la joven se ha refugiado en su padre, con el que prácticamente no tenía relación. A Marichalar le gusta mucho la moda, siempre lo demostró (se le acusó de extravagante vistiendo) se ha convertido en el principal apoyo de su hija y ahora son uña y carne.

Victoria Federica es todo menos discreta, sus noviazgos son públicos, se deja ver siguiendo a toreros, saliendo por la noche y en eventos con amigos e influencers, y es algo que la infanta Elena no soporta y que ha terminado con la íntima relación que tenían madre e hija cuando la hermana de Froilán era una adolescente tímida y sobreprotegida. Y a día de hoy no parece que la vayan a recuperar, según las informaciones del periódico madrileño.