“Se puede matar el hambre, o se puede alimentar a las personas”. Con esas palabras tan lógicas como inusuales me rompió los esquemas David Crespo cuando le conocí en el puesto que El Obrador había instalado en el Mercado de Productos Ecológicos montado en la Plaza de los Fueros de la Tudela con motivo del Primer Capítulo de la Cofradía del Tomate Feo. 

Me acerqué al puesto pensando que me encontraba ante una empresa particular vendiendo sus productos. Nada más lejos de mi impresión. El Obrador es la marca de la que se vale la Fundación Tudela Comparte para financiar sus actividades, dirigidas a dar de comer a personas con dificultades para acceder a una alimentación digna desde una perspectiva no sólo solidaria sino sana y nutricionalmente adecuada. De ahí las palabras de David: “Si queremos acabar con el hambre de una comunidad, podemos preparar todos los días arroz o pasta. Pero la gente estaría mal alimentada y tendríamos otro problema”. 

David es coordinador general y fundador de Tudela Comparte, fundación surgida en 2015 de la unión de un grupo variopinto de personas provenientes de movimientos sociales y solidarios de todo tipo. “Éramos muchas personas que veíamos que a pesar de que el Banco de Alimentos estaba haciendo una gran labor por los desfavorecidos, era necesario dar un paso más en favor de dichos colectivos”.

Dicho y hecho, este grupo unió a gente de las más variadas procedencias ideológicas y consiguió, en su primera reunión, que más de 100 personas se comprometieran a colaborar, de manera voluntaria, con su proyecto. Y tuvieron la suerte de contar, desde el inicio, con los Jesuitas locales que les cedieron Villa Javier, un edificio semiabandonado en pleno Casco Antiguo en el que montaron un comedor que no ha dejado de funcionar, desde su apertura el 27 de junio de 2016, todos los días del año. 

La idea fue desde su inicio alimentar a las personas de una manera sana y equilibrada. “A día de hoy”, nos comenta el coordinador de Tudela Comparte, “manejamos en el comedor más de diez dietas: para diabéticos, hipertensos, personas con condicionantes sociales o religiosos… Además, no es un lugar frío e impersonal. Es un entorno agradable en el que los comensales se sientan, son servidos, se les ofrece un trato humano y conversación”. Se trata, como deja bien claro David, de tratar a la gente con dignidad, como personas, algo que ayuda a la recuperación de su autoestima y a su reinserción social.

Villa Javier se abrió para dar de comer únicamente a adultos solos o sin hogar, pero como dice David “fue abrir las puertas y empezar a venir familias con niños pidiendo ayuda a ríos”. Así que, crearon El Capacico, un autoservicio solidario, en el que las familias acceden a alimentos en función de sus necesidades. La fundación cuenta con asistentes sociales que comprueban caso por caso las carencias y necesidades reales de cada familia y les asignan unos puntos. Y en función de ellos, cada semana pueden hacer una compra canjeando dichos puntos por alimentos.

No acaba aquí la intachable labor de Tudela Comparte. Año tras año, han ido aumentando sus servicios y, a día de hoy, también gestionan El Semillero, espacio en el que los usuarios de Villa Javier y El Capacico reciben formación en diferentes materias para poder integrarse en el mercado laboral. Y, a pesar de que la Fundación cuenta con la impagable ayuda del Banco de alimentos, así como cerca de una treintena de empresas agroalimentarias y grandes superficies de La Ribera que donan gran cantidad de comida, han creado también Mejana Gourmet, una empresa sin ánimo de lucro que ayuda a financiar sus actividades.

Actualmente, Mejana Gourmet gestiona varios huertos de la zona de La Mejana, junto al río Ebro, que han sido cedidos por sus propietarios. En estos espacios se cultivan frutas y verduras en ecológico con las que surten al comedor y al autoservicio y también se venden a particulares. Por otra parte, han creado El Obrador, una cocina independiente, que, principalmente, elabora comidas sanas y equilibradas para Villa Javier, pero también vende comida para llevar a particulares. Los beneficios de Mejana Gourmet son utilizados en su integridad para financiar las actividades de Tudela Comparte, que consigue así seguir adelante con su encomiable labor.

Tudela Comparte, Villa Javier, El Obrador, Mejana Gourmet… muestras palpables de que la gastronomía y la alimentación pueden servir para mejorar el mundo y promover un cambio social. Un ejemplo que debería cundir en más lugares.

L A  G A S T R O S E L E C C I O N 

CUATRO PATAS PARA UN BANCO DE SOLIDARIDAD

Tudela Comparte, fundación sin ánimo de lucro, divide su labor en cuatro campos diferenciados aunque interrelacionados entre sí. 

• COMEDOR SOLIDARIO VILLA JAVIER. Comedor dirigido a las personas vulnerables por circunstancias económicas, psíquicas, físicas… que no pueden acceder a una alimentación equilibrada y saludable. Dirigido exclusivamente a adultos que viven solos y sin hogar a los que se da de comer y cenar, y se les da un kit de desayuno para llevar.

• AUTOSERVICIO SOLIDARIO ‘EL CAPACICO’. Dirigido a las familias con dificultades económicas y que cuentan con menores. En función del caso de cada una, se les asigna unos puntos que pueden canjear por alimentos frescos y envasados.

• ESPACIO DE FORMACIÓN ‘EL SEMILLERO’. Dirigido a los usuarios de Villa Javier y El Capacico, con el fin de que reciban formación en diversas materias que les ayude a recuperar su autoestima y facilitar su inclusión social y su acceso al mercado laboral.

• MEJANA GOURMET ‘EL OBRADOR’. Empresa que gestiona varios huertos cedidos por particulares en la zona de la Mejana, en los que se cultivan frutas y hortalizas para venta al público y para ser utilizadas en El Obrador, cocina que elabora platos artesanos, variados y saludables para el Comedor Solidario y para particulares en la forma de comida para llevar. Todos los beneficios son destinados íntegramente a la financiación de las actividades solidarias de la Fundación Tudela Comparte.