Cuando al comprobar este pasado domingo a qué productor correspondía el tomate número 38, ganador de la cata del jurado del Campeonato del Tomate Feo, los organizadores se llevaron las manos a la cabeza, ya que pertenecía a Esperanza Suberviola, miembro de la recién creada Cofradía del Tomate Feo de Tudela, principal impulsora del concurso. Seguramente, de manera inconsciente, los organizadores recordaron la conocida tonadilla que hace referencia a una rifa que se celebraba en la cercana ciudad de Tafalla y en la que, invariablemente y año tras año, el cerdo que se sorteaba tocaba al hospital que promovía la rifa.

Poco duró el apuro ya que, si algo ha hecho bien esta cofradía, es ser absolutamente transparente en sus procesos dejando la valoración de los tomates en manos de un jurado independiente formado por personas de la más diversa procedencia. Concretamente, este año fueron ocho los que cataron y valoraron los 63 tomates presentados bajo la categoría Sabor: dos guipuzcoanos (Luis Mokoroa, presidente de la Cofradía Vasca de Gastronomía y el que esto escribe), tres navarros (Ana Laguna, presidenta de la Academia Navarra de Gastronomía, Víctor Blanco, de la Orden del Volatín y Javier Navarro, agricultor), un riojano (Jesús López, de la Cofradía del Vino de Rioja), un mallorquín (Miguel Pocoví, catedrático en Bioquímica) y un asturiano (Carlos Guardado, de la Cofradía Gastrónomos del Yumay).

Este jurado determinó la calidad de los tomates presentados valorando los parámetros de aroma, textura y gusto. Hubo menos tomates que el año pasado (103), ya que la sequía sufrida en agosto, y el granizo y las lluvias torrenciales caídas sobre la Ribera los días previos al concurso no facilitaron las labores del campo, pero la convocatoria fue, al igual que los 15 años anteriores, un éxito.

Los afortunados ganadores de este año, además de Esperanza, fueron los agricultores Joaquín Abadía, que obtuvo el segundo premio, y Luis del Rey, tercero. El tomate más feo, por su parte, fue el cultivado por José María Martínez y presentado por su nieto y ayudante Juan Moliner Martínez.

Este campeonato, que como todos los años captó la atención de numeroso público y medios, funcionó como broche de oro de todo un fin de semana dedicado al tomate feo, cuyo acto más destacado fue el primer Capítulo de la recién creada Cofradía del Tomate Feo de Tudela.

Como todo estreno, había cierto miedo entre los organizadores, ya que al ser la primera vez que tal acto se realizaba en Tudela, ignoraban cuántas cofradías gastronómicas responderían al llamado. Finalmente, la convocatoria fue un éxito, ya que fueron 14 las que respaldaron con su presencia la puesta de largo de la nueva asociación. Concretamente acudieron a Tudela las Cofradías del Espárrago de Navarra, Vino de Rioja, Queimada de Donostia, Relleno de Navarra, Anchoa de Cantabria, Morcilla de Beasain, Vino de Navarra, Bonito del Norte de Colindres, Queso Idiazabal y Borraja de Aragón. Además de estas cofradías de producto, estuvieron presentes la Cofradía Gastrónomos del Yumay, la Vasca de Gastronomía, las Órdenes del Volatín de Tudela, y del Cuto Divino de Tafalla y la Federación de Cofradías Gastronómicas Fecoga.

El acto central tuvo lugar en el Salón del Plenos del Ayuntamiento y contó con la presencia del alcalde de Tudela, Alejandro Toquero, y la presidenta del Parlamento de Navarra, María Chivite. El momento más entrañable del mismo, eso sí, fue la imposición de sendas medallas a cuatro agricultores veteranos que han dedicado su vida al cultivo del laureado tomate local en particular y a las muchas verduras de la huerta navarra en general.

A pesar del mal tiempo reinante, el fin de semana, que se complementó con una exitosa feria de producto, un torneo de ajedrez, una ruta de pintxos en la que colaboraron los más emblemáticos bares de la ciudad y una populosa comida de hermandad entre cofrades, tuvo una gran repercusión mediática y una gran afluencia de público. Quedó más que claro que la joven y dinámica cofradía ha llegado para quedarse y que su ímpetu y energía le garantizan un gran futuro… Y es que, amigos, si esto ha sido así con mal tiempo… ¡imaginaos el año que salga bueno!