Quizá hubiera sido la solución a la crisis de los hielos durante la ola de calor de este pasado verano. Son las piedras de hielo, las cold rocks, unos cubos de piedra sólida que ayudan a enfriar y mantener baja la temperatura de la bebida elegida en el vaso. Basta con guardarlas unas horas en la nevera o en el congelador para que adquieran la temperatura deseada.

Dentro del mundo de las bebidas espirituosas, los partidarios del whisky tienen fama de ser los más especialitos, los más perfeccionistas a la hora de preparar su trago preferido. Los debates entre ellos son largos y pausados, degustando su malta, su blended, su bourbon o su irish de la manera que a su criterio es la mejor.

Un licor compartido en buena compañía es un gran placer, pero no hay que olvidar que la moderación también es un plus. Freepik

Por regla general los más clasicistas prescinden, incluso abominan, de las mezclas. Aunque en la actualidad hay una fuerte tendencia, impulsada por las propias destilerías, de abrirlos al mundo de los cócteles. Y la mayoría de estos necesitan servirse fríos.

Volviendo a los clasicistas, el debate básico tiene un par de hilos: por un lado beberlo solo o con agua, y por otro, un poco como un paso más allá, con hielo o sin hielo. Entre los partidarios de remojar el selecto trago hay tres grupos, lo que solo añaden unas pocas gotas con en el fin de abrir los aromas del whisky, los que prefieren un chorrito ligero con el mismo fin y los partidarios de los dos vasos, uno para el aqua vitae y otro más grande lleno de agua con el que refrescar la boca entre sorbo y sorbo. Eso sí, todo coinciden en que el agua debe ser fría.

Lo cual les lleva al segundo debate, con hielo o sin. La ventaja del cubito congelado es que enfría la bebida y va soltando poco a poco esas gotas de agua que abren los aromas. El problema es que si la temperatura ambiente es alta, el cubito se funde rápido y el elixir de los dioses se aguachina.

Las piedras frías son un complemento en el mundo de los aficionados al whisky que busca sustituir alos hielos. Freepik

Para solucionar este problema, algún ingeniero o geólogo encontró una solución bastante ingeniosa y sencilla, que además sirve para cualquier bebida, cóctel o combinado que quiera mantenerse fría sin que se llene de agua. Son las piedras de hielo, las piedras frías, los cold rocks.

El principio es muy sencillo, enfriar o congelar unos cubos de piedra bien de granito bien de esteatita no porosa, que absorben el frío y que no sueltan aromas o contaminantes extraños en las bebidas.

Con unas cuatro horas en la nevera o en el congelador basta para que alcance una temperatura no inferior a los 7º, ya que por debajo de esta el frío sí puede afectar al whisky. De pequeño tamaño, no mayor que un cubito mediano, se pueden guardar fuera y usarlas solo cuando haga falta.

Suponen un ahorro y son ecológicas ya que no hay que andar comprando bolsas de hielo que ocupan espacio en el congelador y no generan residuos al no necesitar bolsas de plástico.

Aunque nacieron para satisfacer las necesidades de los amantes del whisky, el resto de los aficionados las usan con entusiasmo. Una bebida fría que dure siempre es del agrado de todos. Incluso de aquellos que protestan en bares y discotecas considerando que les ponen más hielo del necesario para rentabilizar más las botellas de alcohol.

Otro de los debates es que copa o vaso son los más indicados para beber whisky. Si es con hielo o piedras frías, optan por los anchos y bajos. Freepik

¿Cuánto dura fría la bebida?

Pero estamos hablando de bebedores lentos, que paladean cada sorbo, por lo que la duda es cuánto dura el frío logrado por este sistema. Y como lo de beber se hace en compañía y conversando, ya hay un nuevo debate: si merece la pena este sistema.

Quienes no lo ven claro han hecho pruebas y se han dado cuenta de que la física y sus leyes tienen algo que decir en este tema.

La principal diferencia entre un cubo de hielo y uno de piedra es que el primero se derrite y el segundo no. Y lo que puede ser el punto débil del primero también puede ser su principal ventaja.

El proceso de enfriamiento consiste en el intercambio de temperaturas entre el líquido y el refrigerante. Así, el hielo absorbe la temperatura del líquido, se derrite y el agüilla que suelta sigue siendo fría por lo que baja la temperatura de la bebida.

En cambio, la piedras no se funden, solo absorben la temperatura del liquido, por lo que al principio sí enfría pero en cosa de media hora, según quienes han hecho la prueba, adquiere la temperatura ambiente. Un problema para los bebedores lentos.

Así que ya hay debate para el whisky on the rocks: bloque de hielo o bloque de piedra.